La importancia de la biodiversidad

La palabra biodiversidad se utiliza para hacer referencia a la gran variedad o riqueza de formas de vida que existen en la Tierra, en un espacio y tiempo determinados. En general, podemos encontrar tres niveles de expresión de la biodiversidad: los ecosistemas, por ejemplo, desierto, selva, bosque de coníferas, entre otros, que caracterizan los distintos paisajes de la Tierra; las diferentes especies o grupos de organismos similares capaces de tener descendientes fértiles, por ejemplo, lobo y coyote; por último, el nivel de los genes o unidades de ADN que forman el núcleo de una célula y que determinan las diferencias entre organismos de una misma especie.

La existencia de una gran diversidad de formas de vida tiene importantes impactos en el ambiente. Por ejemplo, la existencia de plantas verdes, la respiración de los seres vivos y la acción de organismos que desintegran los restos de plantas y animales, entre otros factores, hacen posible el balance de gases que existe en la atmósfera, el cual, a su vez, determina los distintos climas. Si no existiera esa gran diversidad, las características de la atmósfera y del clima serían diferentes.

Gracias a las distintas formas de vida, se hace posible el transporte, transformación y fijación de energía, la existencia de suelos fértiles y la producción de alimentos para muchos organismos. Es decir, los distintos organismos hacen posible muchos de los procesos o ciclos indispensables para la vida.

La diversidad de formas de vida da cuenta de millones de años de cambios ocurridos sobre la Tierra; cada uno de los organismos contiene en sus genes una gran cantidad de información que, en conjunto, resume la historia de la vida y le otorga un valor incalculable a cada organismo.

La biodiversidad tiene un importante papel en la definición de los rasgos o características de identidad de un pueblo, en su producción y en el desarrollo cultural; es una fuente de inspiración, producción y recreación para distintos grupos humanos.

En el ámbito cultural o de la producción humana, la diversidad de formas de vida constituye la base de corrientes del pensamiento, de conocimientos, sistemas de creencias, religiosos o filosóficos, que orientan el estilo de vida de personas y grupos humanos, como sucede, particularmente, con la gran mayoría de los grupos indígenas que habitan nuestro país. En muchos casos, ciertos organismos vivos se reconocen como el símbolo representativo de identidad de toda una nación, por ejemplo, el águila del escudo nacional.