La energía nuclear
La materia está formada por
átomos, éstos, a su vez, se encuentran formados
por protones, neutrones y electrones. Estas partículas
se encuentran unidos por fuerzas muy poderosas. Cuando esas
partículas se logran separar, se produce una enorme cantidad
de energía calorífica que recibe el nombre de
energía nuclear o atómica. |
 |
Las partículas de los átomos sólo pueden ser
desintegradas o separadas, utilizando procedimientos muy especializados.
Únicamente se pueden separar los átomos de ciertas
sustancias, el uranio es una de ellas. El uranio es un metal radiactivo
que en estado natural, se le puede encontrar en rocas, por ejemplo,
el granito.
Para desintegrar el uranio, se requieren reactores nucleares. Con
el uranio se forman pastillas que se utilizan como combustible para
hacer funcionar un reactor nuclear. Las pastillas se introducen
al reactor, ahí sus átomos son bombardeados con neutrones.
Cuando esto sucede, los átomos se desintegran y liberan grandes
cantidades de energía y más neutrones que, a su vez,
golpean otros átomos que también son desintegrados.
Este proceso recibe el nombre de fisión nuclear.
El calor generado se trasmite a un generador de vapor, éste
puede hacer funcionar turbinas para producir energía eléctrica.
Cuando una sustancia radiactiva se desintegra, emite radiaciones.
Sustancias como el uranio y el plutonio, utilizados en la elaboración
de bombas atómicas, y el radio, entre otros, producen
radiactividad. Las radiaciones sólo se perciben con un
aparato que produce pequeños ruidos cuando localiza en
el ambiente la presencia de átomos que se están
desintegrando. |
 |
La radiación es la transmisión de energía
que un elemento radiactivo produce cuando se desintegra, lo hace
mediante partículas muy pequeñas y rayos. Eliminar
este tipo de energía puede tardar miles de años, concluye
cuando los átomos, por sí mismos, terminan de desintegrarse,
de manera natural.
La fisión nuclear, los residuos sanitarios empleados en
determinados tratamientos en los hospitales, los yacimientos de
uranio, los restos de armas nucleares, las piezas que se eliminan
de los reactores nucleares, el equipo que usa el personal que trabaja
en las plantas, así como las propias instalaciones de las
centrales, cuando se cierran producen residuos radiactivos.
Uno de los procedimientos más usados para eliminar los residuos
radiactivos consiste en colocarlos dentro de una caja de metal,
para luego enterrarlos en el suelo o dentro de grandes depósitos
de cemento. En ambos casos, se presentan riesgos de fugas radiactivas
que ponen en peligro al ambiente y a todos sus habitantes. Otro
peligro importante es el transporte de materiales radiactivos.
El mayor de los riesgos es un accidente en una central
nuclear, un incendio o una explosión por una falla
humana que causen la liberación de energía.
Uno de los accidentes que causó graves daños
fue el ocurrido en la URSS, en Chernobyl.
No obstante que la radiación tiene diversos usos en
medicina, por ejemplo, en el tratamiento contra el cáncer,
puede causar efectos perjudiciales en una persona que está
expuesta a radiaciones. Puede provocar hemorragias, caída
del cabello y cáncer. |

Países donde se produce energía nuclear |
Otras fuentes de energía alternativas que pueden sustituir
a la energía nuclear son las siguientes: energía solar,
eólica, geotérmica y la producida por las mareas.
Sí es posible construir contenedores que impliquen
cero riesgos, sólo que las potencias económicas,
productoras de energía nuclear no invierten lo necesario
en la prevención de accidentes. Las preocupaciones económicas
preceden a las del cuidado del ambiente. En caso de un accidente
nuclear, las comunidades afectadas enfrentan evacuaciones, trabajos
de descontaminación a gran escala. Al mismo tiempo, las
industrias locales y regionales de pesca, agricultura y turística
se ven seriamente dañadas. Los efectos de un desastre
nuclear tienen un impacto en todas las formas de vida y en el
ambiente, son de largo alcance y deben evaluarse no sólo
en términos de las generaciones actuales, sino sobre
todo de los daños futuros. |
Greenpeace, México
|