Energía eólica o del viento para
producir electricidad
El desarrollo de las fuentes de energía
renovables ha pasado de ser una alternativa para evitar los daños
provocados por la contaminación local, regional o incluso,
entre países, que ha sido generada por las termoeléctricas
que queman carbón o petróleo, a ser una necesidad
ineludible para evitar los graves impactos que pueden generar el
cambio climático global causado, principalmente, por la quema
de combustibles fósiles (petróleo, carbón y
gas), así como una opción frente a la energía
nuclear y sus daños al ambiente.
El futuro energético no dependerá de una sola fuente,
sino de una gran variedad. La energía eólica ocupará
un importante porcentaje en la generación de energía
eléctrica a nivel mundial. En 1977, se instalaron en el mundo
turbinas eólicas con una capacidad de mil 500 megavatios
(MW); las ventas globales de esta industria alcanzaron los mil 500
millones de dólares y se dio trabajo a más de 40 mil
personas.
La gran revolución de la energía eólica se
está dando en Dinamarca. Actualmente, el 7 por ciento de
la electricidad de ese país proviene del viento y tienen
programado suplir el 50 por ciento de sus necesidades eléctricas
para el año 2030, exclusivamente con energía eólica.
En los países industrializados, existe un gran interés
político y público por enfrentar el cambio climático
del planeta y la energía eólica ofrece la ventaja
de que no produce bióxido de carbono, principal gas responsable
del efecto invernadero, y es una de las fuentes
de energía renovable más barata. En otras regiones
como Latinoamérica, África y Asia, la necesidad más
urgente es proveer de electricidad a zonas rurales o aisladas sin
ninguna infraestructura energética. Las turbinas eólicas
son ideales para estos casos.
México cuenta con enormes posibilidades para desarrollar
esta fuente de energía alternativa que, además, se
traduciría en una importante fuente de empleo.
El Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) inició
en 1977 el análisis de la información meteorológica
para determinar el potencial eólico nacional. El conocimiento
del recurso energético eólico está a nivel
exploratorio, sin embargo, las mediciones han servido para confirmar
la existencia de vientos aprovechables en las siguientes regiones:
Sur del Istmo de Tehuantepec. Esta región
contiene un área de mil km. cuadrados expuesta a vientos
muy intensos. En las inmediaciones del poblado de La Venta,
Oaxaca, se instaló en 1994 la primera minicentral de
generación de energía eólica. La Venta
presenta un desempeño muy superior al que tendría
una instalación semejante en la propia Dinamarca. No
obstante, el proyecto no se ha ampliado y queda como una muestra
del potencial energético de la región. |
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Península de Baja California. Es una región
importante debido a su extensión geográfica y su baja
densidad de población. El poblado de La Rumorosa y zonas
aledañas, así como el paso entre la Sierra de Juárez
y la Sierra de San Pedro Mártir, son lugares en los que se
ha identificado un alto potencial eólico.
Península de Yucatán. Cabo Catoche,
la costa de Quinta Roo y el Oriente de Cozumel son zonas con un
potencial eólico interesante, particularmente para contribuir
a los requerimientos de generación de energía eléctrica
para la península.
Altiplano Norte. Desde la región central
de Zacatecas hasta la frontera con los Estados Unidos, el Norte
del país tiene sitios con un importante potencial de este
tipo de energía.
Región central. La compleja orografía
de esta región debe dar lugar a la existencia de innumerables
pasos y mesetas donde el viento sea energéticamente aprovechable.
Las costas del país. El extenso litoral mexicano y sus islas
presentan, por lo menos, condiciones para generación eléctrica
en pequeña escala y almacenamiento en baterías.
En México, la energía que presenta las mayores
oportunidades, tanto por el potencial existente en el país,
como por sus costos de introducción, es la energía
eólica. El ingeniero Enrique Caldera, uno de los más
importantes expertos en energía eólica del país,
calcula que se podrían producir al menos 30 000 MW.
Se calcula que si este recurso se explotara, podría
cubrir sin problema el 25 por ciento de la capacidad total
de generación eléctrica para el año 2030.
Para México, el desarrollo de la capacidad de producción
de energía eólica significa una gran oportunidad
de empleos directos e indirectos, propicia la investigación,
el desarrollo tecnológico e industrial nacional, exportaciones,
así como una contribución importante para limitar
la emisión de gases que causan el efecto invernadero
y la contaminación ambiental, además de evitar
el uso de agua en torres de enfriamiento para termoeléctricas.
Sin embargo, hay obstáculos en la legislación
y para la producción de energía local por parte
de los municipios.
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(La información de este texto es una adaptación
de un folleto de Greenpeace, México)
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