Otros cambios cíclicos
En la Tierra se presentan constantes modificaciones
en los materiales o sustancias que la forman. Los cambios ocurren
en la tierra, en el agua o en los gases que hay en ella.
La tierra o componente sólido sufre constantes modificaciones,
éstas son el resultado de fuerzas provenientes del interior
del planeta y de fuerzas que actúan en la superficie. Los
movimientos internos son provocados por el acomodo de las capas
que forman el interior de la Tierra. La parte superior de esas capas
tiene mayor actividad que podemos percibir mediante la actividad
volcánica y los sismos o temblores.
En la superficie, la acción del viento, del agua y la actividad
de los seres vivos produce una gran variedad de cambios en la forma
y composición de la Tierra. Por ejemplo, la acción
de erosión que tienen el agua cuando fluye con fuerza sobre
la tierra o suelo, puede llegar a formar grandes depresiones o,
por el contrario, montes.
El ciclo del agua
Uno de los cambios más importantes que ocurren en la naturaleza,
son las transformaciones cíclicas que tiene el agua. Las
características de este líquido la hacen indispensable
para la vida. Se piensa que fueron lluvias torrenciales las que
hicieron posible que la Tierra se enfriara, para hacer posible la
vida.
El 90 por ciento del agua que existe en la Tierra se encuentra
formando parte de los océanos, sólo el 0.75 por ciento
es agua dulce y el 2.25 por ciento se encuentra congelada en los
polos de la Tierra; en la atmósfera, en forma de vapor, sólo
existe el 0.001 por ciento de agua.
El principal movimiento de este vital líquido ocurre mediante
la evaporación del agua de los mares y en una proporción
menor la que sucede con la evaporación de ríos y lagunas.
Otra transformación es la que sucede durante la transpiración
que hacen las plantas, la cual permite que el agua se incorpore
nuevamente a la naturaleza, en forma de vapor.
En la naturaleza existen otros elementos indispensables para dar
continuidad a la vida, entre ellos están los siguientes:
carbono, oxígeno, nitrógeno, fósforo, azufre,
entre otros. Todos estos elementos circulan en el ambiente con la
ayuda de los seres vivos, del aire, el agua y la tierra.
Ciclo del nitrógeno
El nitrógeno es un elemento importante porque es componente
de las proteínas de todo ser vivo. Además, junto con
el fósforo y el potasio, son los principales nutrientes de
las plantas.
Las plantas no son capaces de utilizar el nitrógeno
de la atmósfera; antes tiene que ser transformado en
amoniaco. Para que esto suceda se fija al suelo por bacterias
que se encuentran en las raíces de plantas leguminosas
como el frijol, la lenteja, el chícharo y la alfalfa.
El nitrógeno también puede ser transformado mediante
procedimientos industriales, durante la producción de
fertilizantes o en la atmósfera por la influencia de
los rayos o las descargas eléctricas. |
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Continuando con el ciclo, el nitrógeno pasa de las plantas
a los animales herbívoros, después a otros animales
para después regresar al suelo en forma de amoniaco y urea,
producto de las excreciones de animales. Finalmente, las bacterias
desnitrificantes reintegran el nitrógeno en forma de gas
a la atmósfera.
Ciclo del carbono
El carbono se puede encontrar en la naturaleza como bióxido
de carbono; este gas es resultado de la respiración de organismos
vivos microscópicos, plantas y animales.
Las plantas utilizan este gas para elaborar sus alimentos
durante la fotosíntesis. Cuando un animal herbívoro
se alimenta con una planta, consume el carbono que hay en ésta;
luego, el animal hervíboro puede ser consumido por uno
carnívoro. Cuando ambos animales mueren, sus restos,
al igual que los de las plantas, son descompuestos por microorganismos
que toman el carbono y lo regresan, nuevamente, en forma de
gas, a la atmósfera. |
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Ciclo del oxígeno
El oxígeno es un gas que la mayoría de los seres
vivos utilizan para realizar su proceso de respiración. El
oxígeno se requiere para realizar cualquier combustión.
Forma parte de un proceso muy importante: la fotosíntesis.
Durante éste, la acción de la energía solar
hace que las moléculas que componen el agua se separen, por
un lado se obtiene el hidrógeno que es necesario para que
la planta produzca azúcares y por otro, el oxígeno
que es liberado a la atmósfera.
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