Del Sol a la Tierra

El Sol irradia una inmensa cantidad de energía hacia la Tierra, pero gracias a la acción protectora de la atmósfera, sólo una parte llega hasta la superficie. Ya en la Tierra, esa energía se aprovecha para calentar el suelo, el aire y el agua; un 10 por ciento es consumida por las plantas y los animales, y aproximadamente 30 por ciento actúa sobre los océanos, evaporando el agua para formar las nubes.

La forma e inclinación de la Tierra hacen que el Sol ilumine de diferentes maneras las distintas partes de su superficie; por eso, cuando en algunos lugares es de día, en otros es de noche, y cuando en algunas partes es primavera, en otra es invierno. El Sol también tiene que ver en la formación de los vientos, éstos se producen por los movimientos que hace la Tierra al girar y por la forma desigual en que el Sol calienta su superficie.

El calor que proporciona el Sol es muy importante para la vida. Hoy se sabe que las temperaturas de la Tierra son las más adecuadas para que se desarrollen las distintas formas de vida que conocemos. Los seres vivos puede adaptarse a diferentes temperaturas ambiente. Las personas, por ejemplo, podemos sobrevivir en temperaturas de hasta 20 grados centígrados bajo cero. También podemos hacerlo en temperaturas altas hasta los 40 ó 45 grados centígrados.

En el planeta, las temperaturas más bajas alcanzan los 60 grados bajo cero durante el invierno en los polos Norte y Sur; las más altas se registran en los desiertos, donde los termómetros llegan a medir más de 50 grados centígrados. Algunas formas de vida soportan más calor y más frío del que soportan los humanos.

El Sol también afecta el comportamiento de los seres vivos. Por ejemplo, sin su luz no desarrollaríamos la capacidad de ver; algunos animales que viven en cavernas totalmente oscuras, como los murciélagos, son ciegos. Otros animales emigran a tierras lejanas o se refugian en sus guaridas por meses enteros al llegar el invierno; sus organismos sienten la necesidad de hacer esto cuando los días son más cortos y en su entorno hay menos horas de luz solar.

Por el contrario, más horas de luz provocan que las plantas produzcan flores; en los animales, algunos cambios orgánicos también estimulan el deseo de aparearse.

Uno de los efectos más importantes del Sol en el planeta es su participación en el proceso de la fotosíntesis, mediante el cual las plantas verdes, las algas y algunas bacterias fabrican nutrientes y oxígeno. Estos seres vivos son los únicos capaces de utilizar la energía de la luz para producir sus alimentos.

La gran mayoría de los alimentos y combustibles que consumimos están relacionados, de una o de otra manera, con la fotosíntesis; para que ésta se realice se necesita del Sol. Por esto se dice que toda la vida en la Tierra depende del Sol.