1. Partículas suspendidas totales (PST). Es el contaminante más notorio. Las principales fuentes de emisión son la fabricación del hierro y acero, la producción de cemento, la extracción de rocas y minerales, el almacenamiento y manejo de granos, la producción de papel, el funcionamiento de vehículos e industrias, la eliminación de desechos sólidos, los incendios forestales y las tolvaneras que se levantan por la desaparición de bosques y lagos. Las partículas pueden estar compuestas por una gran variedad de sustancias y contienen bacterias y esporas.

Las PST más peligrosas son las menores de diez micras (PM10) porque, como no son filtradas por la mucosa interna de la nariz, llegan hasta los pulmones, por lo cual dañan y oscurecen el tejido de estos órganos. Por ejemplo, los aerosoles forman nubes de partículas de tamaño tan pequeño que penetran en los bronquios y los irritan.

2. Monóxido de carbono (CO). Es un gas incoloro e inodoro que se produce por la combustión incompleta de la gasolina. Las mayores concentraciones de CO se presentan en los sitios donde el tránsito vehicular es más intenso. Los principales productores de este contaminante son los automóviles y, en menor escala, los transportes ferroviarios, aéreos y las embarcaciones; también contribuyen los incendios, el humo del tabaco y las actividades industriales, como la papelera, la petrolera y la de fundición. En grandes cantidades puede ser fatal, ya que reduce la capacidad de la sangre para llevar oxígeno a las células.

3. Dióxido de azufre (SO₂). Es un gas pesado, incoloro, tóxico, no inflamable; con un olor fuerte e irritante. Este gas se origina por la quema de cualquier combustible fósil que contenga azufre, como el petróleo, combustóleo y diesel. Se puede combinar con las partículas suspendidas totales o con vapor de agua para formar un ácido moderadamente corrosivo, llamado ácido sulfuroso. El ácido sulfuroso puede afectar el sistema respiratorio de las personas y animales y dañar las plantas de los cultivos y bosques. Asimismo, corroe los edificios y monumentos de piedra caliza.

4. Óxidos de nitrógeno (NO_x). Estos contaminantes (principalmente el monóxido y el dióxido de nitrógeno) son gases incoloros y tóxicos que se forman durante la combustión, a altas temperaturas, del nitrógeno y el oxígeno existentes en el aire. Son los principales generadores del ozono, favorecen la lluvia ácida y el efecto de invernadero. Las principales fuentes de óxidos de nitrógeno son la industria y los automóviles, por la combustión incompleta de la gasolina. Diversos estudios han comprobado que los óxidos de nitrógeno provocan cuadros de irritación pulmonar, bronquitis y aumento de la susceptibilidad a las infecciones.

5. Hidrocarburos (HC). Estos gases, formados de hidrógeno y carbono, son los constituyentes más importantes de las gasolinas y otros derivados del petróleo. Existen más de mil hidrocaburos en el petróleo, el gas natural y el carbón. Los hidrocarburos son transportados al aire como resultado de las actividades de la industria petrolera y la combustión incompleta de la gasolina. Contribuyen a elevar la concentración de estos contaminantes las evaporaciones de solventes, lacas, pinturas, barnices, derivados volátiles de los aceites lubricantes y el asfalto.

Los hidrocarburos son tóxicos para los seres vivos. Aunque no se han demostrado sus repercusiones sobre la salud, algunos estudios con sustancias, como el benceno, han constatado que son cancerígenos.

6. Ozono (O₃). Éste es una gas incoloro, irritante, tóxico y muy oxidante. El ozono resulta de las reacciones químicas producidas por el contacto de las emisiones de hidrocarburos y el monóxido de carbono en presencia de la energía solar. Se da el nombre de smog o neblina a la contaminación atmosférica que reduce la visibilidad. Cuando el contaminante se produce mediante reacciones químicas estimuladas por la luz, como es el caso del ozono, se denomina smog fotoquímico. Este compuesto provoca irritación de los ojos y la mucosa nasal, tos, asfixia, dolor de cabeza y fatiga intensa.