Unidad 4. Lectura 4.14.
 
El medio geográfico y la población
 

En la época prehispánica, las culturas mesoamericanas, como la teotihuacana y la maya, en ciertas ocasiones dependieron del medio geográfico para seleccionar los lugares donde establecer sus ciudades y realizar sus actividades económicas, pues tuvieron que emigrar cuando se agotaron los recursos en los sitios que habitaban. Por tanto, los elementos climáticos y la distribución de las regiones naturales tenían gran influencia en la distribución de la población.

A través del tiempo el ser humano ha transformado el medio natural. Su conocimiento del medio geográfico le permitió superar los obstáculos que le imponían los diferentes climas en zonas de hielos, de desiertos y de selvas. Posteriormente, los grupos humanos, de acuerdo con su desarrollo tecnológico y científico, aprovecharon mejor los recursos que el medio natural les ofrecía. Esta nueva situación les permitió seleccionar los lugares para establecerse y realizar sus actividades económicas.

Aun cuando la población todavía se concentra en gran parte de los lugares donde las condiciones climáticas son favorables y donde existen recursos naturales, el proceso de industrialización ha ido adquiriendo una mayor influencia en la distribución de la población, debido a la posibilidad de obtener trabajo.

Por ejemplo, Monterrey se encuentra en una zona árida; sin embargo, esta ciudad ocupa el tercer lugar en el país por su número de habitantes. Esto se debe a que tiene muchas industrias, y las áreas generadoras de fuentes de empleo atraen a numerosos trabajadores que requieren zonas habitacionales, centros comerciales, hospitales, escuelas, vías de comunicación, etc., que a su vez atraen a más personas, y de esta manera se genera un proceso que favorece la concentración de la población.

Los factores sociales también tienen influencia en la distribución de la población.

Por ejemplo, la existencia de centros de educación superior es un atractivo para que los y las jóvenes de poblaciones pequeñas se desplacen a las ciudades grandes.

La distribución de la población en nuestro país, actualmente y como en otros lugares del mundo, es el resultado de la acción de los elementos socioeconómicos más que de los del medio geográfico.

 
Distribución de la población en regiones naturales
 

En México la población se distribuye en forma irregular. Algunas ciudades aún continúan donde se establecieron desde la época de la Colonia, en su mayoría cerca de zonas mineras, como Pachuca, Guanajuato y Zacatecas.

Para establecer una relación entre las regiones naturales, la distribución de la población y las actividades económicas, utilizaremos como área de estudio las regiones naturales templadas, secas y tropicales.

 
Regiones templadas
 

En ellas están comprendidos los bosques templados, como son el bosque de coníferas, bosque mixto y bosque mesófilo de montaña; además de la pradera.

La mayor parte de los bosques se encuentran en las partes altas de las montañas, por lo que la población en esos lugares es escasa, y se dedica principalmente a la tala de árboles de madera blanda, como el ocote, el oyamel y el cedro blanco; además obtiene resinas y brea, entre otros productos.

En cambio, las praderas que son relativamente bajas y corresponden principalmente a la Mesa del Centro y algunas mesetas del Eje Neovolcánico, son las que tienen mayor concentración de población. En ellas se ubican importantes centros urbanos como la Ciudad de México, Toluca, Puebla, Morelia y Guadalajara. Estas ciudades en su conjunto agrupan 50% de la población urbana del país, la cual se dedica a todo tipo de actividades económicas, pero principalmente a la industria, el comercio y los servicios.

 
Regiones secas
 

En estas regiones, las extensas áreas áridas que se extienden en el norte de nuestro país están poco pobladas; sin embargo, también existen grandes centros urbanos, como Monterrey, Torreón, Hermosillo, Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez, entre otros, que deben su crecimiento principalmente a la industrialización.

Los pastizales de las regiones secas son fuente de alimento para el ganado bovino y equino, aunque no se aprovechan en forma óptima. Por su parte, la vegetación de matorral xerófilo es aprovechada para alimentar al ganado, que generalmente está constituido por cabras. Por tanto, la vegetación natural de esta zona, aunque escasa, tiene valor económico, ya que además de ella se obtienen colorantes, cera, fibras y bebidas alcohólicas, entre otros productos. Dicho valor no es muy alto porque no son plantas de cultivo sino de recolección, y por tanto, se encuentran pocos ejemplares dispersos en amplias extensiones de terreno, como ocurre con la candelilla.

 
Regiones tropicales
 

En estas regiones hay ciudades de tamaño mediano, considerando su número de habitantes, como Tampico, Tuxpan, Tepic, Manzanillo, Colima, Acapulco, Salina Cruz, Tapachula, Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez, Minatitlán y Coatzacoalcos, entre otras.

En las áreas selváticas la población es escasa debido a que la humedad excesiva y las altas temperaturas dificultan el asentamiento de las personas y las actividades económicas.

La población se dedica principalmente a las actividades económicas primarias, que se basan en el desmonte y la quema de vegetación con la finalidad de introducir pastizales para la ganadería y para cultivar maíz, caña de azúcar, cítricos, plátano y café, entre otros productos.