Normas y leyes *

Las personas nos desenvolvemos en diversos espacios de convivencia: la pareja, la familia, el trabajo, la escuela, las asociaciones deportivas, culturales y religiosas, la comunidad, el municipio, el estado, el país y el mundo, por mencionar los principales ámbitos. En cada uno de ellos hay normas que imponen deberes y otorgan derechos con el fin de permitir que alcancemos nuestros propósitos individuales y colectivos.

Por ejemplo, para algunas personas es indispensable cumplir con ciertas formalidades, como las normas de cortesía en su relación de pareja, con su familia y, en general, con los demás. Entre estas formalidades —llamadas normas de urbanidad, de cortesía o de trato social— se encuentran saludarse, despedirse o comportarse correctamente en la mesa mientras se come. Se trata de normas impuestas por el grupo para hacer más agradable la convivencia y mostrar consideración o aprecio por los demás. Su incumplimiento genera el rechazo o la censura de las otras personas.

Las normas religiosas, por su parte, imponen mandatos o disposiciones con la divinidad, los semejantes y consigo mismo. Algunos ejemplos de estos mandatos son asistir regularmente a algún templo, hacer oración, no ingerir alimentos o bebidas prohibidos y observar los mandamientos de una divinidad o autoridad religiosa. Estas normas obligan sólo a quienes profesan alguna fe religiosa. Cuando no se cumplen puede haber distintas consecuencias de acuerdo con la religión de la que se trate y de cómo cada persona viva su propia fe religiosa.

  • saludo
  • visita en una carcel
  • rezo

Existe otra clase de normas llamadas normas morales que establecen deberes del individuo consigo mismo y con los demás. Entre estas normas se encuentran hacer el bien al prójimo, ayudar a los necesitados, visitar a los enfermos o a quienes se encuentran en prisión. Se caracterizan porque la persona las adopta por estar convencida de que es el modo de comportarse correctamente. Se dice que la consecuencia de no cumplirlas es el sentimiento de culpa o de insatisfacción de la persona consigo misma.

Las normas jurídicas o leyes son mandatos escritos elaborados por los representantes del pueblo, quienes conforman los órganos legislativos. Debido a que quienes elaboran las leyes lo hacen en representación del pueblo están obligados a crearlas para beneficio de éste. Con el fin de asegurar que sea así, los ciudadanos deben participar activamente mediante los canales previstos por las leyes para supervisar la labor de los legisladores.

Las leyes tienen la finalidad esencial de promover el bien común; es decir, el bienestar de las personas de una comunidad, así como de hacer posibles la justicia, seguridad, libertad y otros valores de gran importancia en la vida social.

Las leyes se dan a conocer a todos los habitantes para que cumplan con lo que ordenan. Su cumplimiento es obligatorio, porque si cada persona pudiera elegir entre cumplirlas o no, sin ninguna consecuencia, no servirían de nada.

Como las leyes se dirigen a la totalidad de los miembros de la sociedad o a grupos de personas, pero nunca a los individuos en particular, se dice que son generales.

La consecuencia de no cumplir con las leyes es la aplicación de una sanción. Esto significa que el incumplimiento tiene un efecto, generalmente negativo, para el infractor de la norma (persona que no respeta la norma). Las autoridades son las encargadas de hacer obedecer las leyes e imponer las sanciones en caso de desobediencia, para lo cual los agentes de la autoridad pueden hacer uso de la fuerza siempre y cuando la utilicen con apego a las leyes y con respeto a los derechos humanos de las personas, y sólo en la medida en que sea indispensable para hacer frente a una situación en la que estén en riesgo la vida o la integridad.

* Lectura tomada de la Antología del módulo Cuando enfrentamos un delito..., México, 2ª. ed., inea, 2007.