Organización colectiva y lucha comunitaria en San José del Río, Chiapas Antología

La organización colectiva: un sueño compartido


En San José la colectivización está presente en todos los espacios comunitarios. En el área de la producción agrícola el trabajo lo dividen según el tipo de tarea que se vaya a realizar. Por ejemplo, para el corte de café se requiere del trabajo de toda la comunidad: hombres, niños y mujeres participan en la actividad, ya que no se tiene la posibilidad de contratar mano de obra. Cuando se realizan otras actividades como la limpia del cafetal o la poda, las mujeres y niños no participan.

Para el trabajo nos organizamos de diversas maneras —nos dice otro informante de San José—, por ejemplo, si vamos al cafetal y se trata de chaporrear, pues nos vamos todos con el machete, y si vamos a cortar, pues nos vamos todos a cortar. Si se trata de ir a limpiar, como es por surcos, nos marcamos tres cada uno y si entre esos tres hay jovencitos, se lleva uno o dos surcos dependiendo ya de su capacidad, su edad, pues, que pueda responder por el trabajo. Y en el corte de café decimos ¡cortemos con ganas! o sea, con esmero, y hay unos que somos más rápidos y unos que somos más lentos, entonces ahí sí no le podemos entrar parejo.

Para la comunidad de San José la venta de café es fundamental para su economía, ya que de ella provienen la mayoría de sus recursos monetarios. El dinero que se obtiene de la venta se queda en un fondo común y se utiliza para comprar productos básicos para la comunidad como jabón, sal, azúcar, frijol y, en casos extremos, hasta maíz; también se utiliza para comprar medicinas, telas, zapatos y para cualquier imprevisto. Cuando hay una buena cosecha y el precio del café no es tan bajo, se le reparte una pequeña cantidad de dinero a cada familia.

Fotografía de Pedro Hiriart"De la venta del café hacemos un fondo común y ya de ahí se resuelven muchas cosas, pero no tenemos el interés personal de tener suficiente dinero. Cuando nos va bien y la situación nos da lugar a levantarlo y venderlo, se llega a un acuerdo que vendiendo el café nos repartimos algo para que uno vea qué compra."

La siembra de maíz es otra de las actividades centrales para la comunidad de San José. El trabajo se divide por tareas, es decir, se mide el terreno, se reparten los surcos tomando en cuenta el tipo de tierra, y la edad y posibilidades del trabajador.

Los años en que hay buena cosecha la repartición de maíz es ilimitada, es decir, el maíz se coloca en una troje en el centro de la milpa y cada familia toma la cantidad que necesite para su consumo. Los años en que no hay suficiente maíz es necesario racionalizarlo, por lo que se reparte proporcionalmente con relación al número de miembros de la familia.

La organización colectiva ha funcionado en gran medida por su flexibilidad. Dependiendo de las necesidades, de la cosecha y del precio del café la comunidad da cabida en mayor o menor medida a los trabajos individuales. En la comunidad, el trabajo colectivo no se realiza únicamente en el área de la producción, sino que se extiende a otros espacios como el de la salud. Ante la ausencia de médicos, San José decidió hacerse cargo de esta área. Nombró en asamblea a un "promotor de salud", es decir, una persona que a partir de ese momento se encarga de atender a los enfermos y promover la salud en el pueblo.

La comunidad es la que se encarga de ver por los promotores, ahora sí que, si diez días se va a tener que ir el promotor de salud o el de educación a un curso, la comunidad atiende a la familia. En caso de que no esté el promotor, se le lleva el maíz a su mujer, se lleva el racimo, o sea, está atendido su hogar. Ésa es otra ventaja del trabajo colectivo, porque no es nada más hacer el trabajo en la milpa y el cafetal, también resolvemos los problemas de quienes trabajan para la comunidad.

Así como la comunidad se hace cargo del área de salud, también se ocupa del área de educación, lo que es algo más reciente pero funciona de la misma manera. Cuando algún miembro de la comunidad se enferma gravemente y requiere de hospitalización y medicina, los gastos corren por cuenta del colectivo, es decir, se saca dinero del fondo del café para curar al enfermo. Cuando el enfermo es madre de familia, las mujeres del pueblo se organizan en grupos para ayudarla, algunas le hacen la comida, limpian su casa y atienden a sus hijos, otras le proporcionan las tortillas y otras lavan su ropa, de modo que el hogar no queda desprotegido. Para las mujeres implica un gran esfuerzo y mucho trabajo, ya que es común que siempre haya enfermas en la comunidad. No obstante, dicen que se sienten contentas porque en los momentos en que ellas lo necesitan es un gran apoyo.

Fotografía de Pedro HiriartOtro espacio al que ha llegado el colectivo es al del matrimonio. Cuando dos jóvenes deciden casarse, se acostumbra hacer una gran fiesta. Antes ésta corría a cuenta de la familia del joven, pero desde que se trabaja en colectivo la fiesta la solventa la comunidad. Se saca dinero del fondo común para comprar una vaca, refrescos, dulces, café, pan, el vestido de la muchacha, etcétera.

Para que la boda salga bien se requiere de muchísimo trabajo, éste se reparte en grupos que son rotativos, algunos se encargan de matar y destazar la vaca, a otros les toca cocinar, a otros servir, lavar o hacer el café, de forma que la familia del novio queda totalmente apoyada por la comunidad.