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Unidad 3 • Tema 3 • Actividad 8 Actividad 8. Acompaņar a otra persona en su dolor
A veces nos toca estar cerca de personas que han sufrido una pérdida y no sabemos cómo apoyarlas para que se sientan mejor; aunque siempre les reconfortará ser escuchadas.
Lee las siguientes situaciones y elige qué harías frente al dolor de otras personas.
Caso 1
Martha y Joaquín son tus vecinos; su hijo más pequeño acaba de morir a causa de un accidente. ¿Cómo los ayudarías?
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Caso 2
Pedro es padre de familia; hace meses le detectaron una enfermedad muy grave. Los esfuerzos por curarlo no han dado resultado y le queda poco tiempo de vida. ¿Cómo lo ayudarías?
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Caso 3
Ramiro es un joven de 18 años; su máxima aspiración era entrar a la universidad pero no pasó el examen de admisión. Su padre le dijo que consiguiera trabajo, ya que no sirvió para el estudio. Él se siente fracasado y no quiere ni salir de su cuarto. ¿Cómo lo ayudarías?
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A veces nos toca estar cerca de personas que han sufrido una pérdida y no sabemos cómo apoyarlas para que se sientan mejor. Aunque cada caso es diferente, las siguientes recomendaciones pueden ayudarnos.
- Escuchar con atención, interés genuino y respeto a lo que nos cuentan. Hacerles sentir que comprendemos lo que están pasando. acompañando la expresión de sus emociones con silencio, la mirada o un leve contacto físico. Hay que evitar dar nuestra opinión sobre lo que escuchamos, porque lo que dice la persona es principalmente un diálogo consigo misma, para entender su situación.
- Hacerle saber que sus reacciones son totalmente válidas y normales en sus circunstancias, por ejemplo, algunas personas no quieren dejar de llorar o siguen hablando con la persona que murió; por el momento requieren hacerlo, pero poco a poco irán superando esos comportamientos.
- Apoyar la toma de decisiones y la solución de problemas. A veces la persona en duelo es incapaz de tomar decisiones cotidianas, como salir o no a la calle o preparar la comida. Parece tener miedo y su mente está bloqueada, como si todo fuera extremadamente peligroso. En una situación así es conveniente desalentar la toma de decisiones importantes (por ejemplo, cambiar de lugar de residencia o buscar inmediatamente un embarazo para sustituir a un hijo o hija que ha muerto).
- Ayudar a reestablecer la cotidianidad y a enfrentarse al mundo de nuevo. Realizar tareas como salir a caminar 20 minutos diarios o meditar todos los días ayuda a reordenar la vida cotidiana. También realizar ciertos rituales como visitar el cementerio dos veces por semana, hablar durante media hora con la persona fallecida u orar para que descanse en paz.
En el caso de personas fallecidas, relatar historias sobre su vida y sus gustos ayuda a aceptar su muerte. Preguntarnos ¿cómo era?, ¿cómo nos conocimos?, ¿qué cosas le gustaban?, nos será de gran ayuda en esta aceptación.
- Identificar cuándo se requiere apoyo de un especialista en salud emocional, ya sea porque las personas se apegan al sufrimiento o porque tratan de evadirse mediante comportamientos autodestructivos, por ejemplo, consumir mucho alcohol o evitar medidas de seguridad en el trabajo. Esto es muy riesgoso, porque lo único que se logra es que el dolor natural de una pérdida se convierta en sufrimiento, y que la herida siga abierta por más tiempo.
Haz lo que se indica.
Consulta tu Directorio y escribe tres instituciones que consideres te pueden apoyar en caso de comportamientos autodestructivos.
Consulta tu Directorio siempre que requieras buscar ayuda profesional o desees apoyar a otras personas.
Revisa el Tríptico Instituciones que brindan apoyo y orientación, y escribe qué es el alcoholismo.
Haz clic en la frase y medita.

Aprende a meditar:
- Ponte cómodo en algún lugar: sentado, acostado o parado; respira (inhala y exhala).
- Siente cómo el aire penetra en tu cuerpo. Escucha con atención lo que sucede en tu interior, ¿sientes algún dolor?, ¿escuchas algún ruido de tu estómago?
- Piensa en algún paisaje tranquilo o en una parte de tu cuerpo (por ejemplo; la nariz); haz un esfuerzo para no desviar tu atención; siente cómo el aire entra y sale por ella y la sensación agradable y placentera que estás viviendo.
- Tu respiración pronto tendrá su propio ritmo. Relájate y suelta tu cuerpo.
- Siente cómo tu cuerpo está más relajado y tu mente más tranquila.
- Procura no desviar tu atención hacia otra parte de tu cuerpo. En este momento no existe otra cosa más que la sensación de la entrada y salida del aire por tu nariz.
- Si tienes otros pensamientos, déjalos fluir y vuelve a concentrarte en tu nariz.
Puedes elegir frases o palabras como objetos para concentrarte. Con la práctica, podrás viajar mentalmente a diversos momentos de tu vida, recrearlos y sentir olores, colores o sabores.
Suelta el pasado, permite que se disuelva. Retoma tu poder. Deja de pensar en aquello que no deseas: utiliza tu mente para crear lo que sí deseas. Permítete fluir con la corriente de la vida.
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