Unidad 2 • Tema 1• Actividad 7 Actividad 7. Diálogo
Las personas mantenemos un diálogo interior con nosotros(as) mismos(as). El diálogo interno nos ayuda a actuar de manera optimista o pensar que todo lo que hacemos está mal.
Para saber cuáles son tus pensamientos más frecuentes, trata de recordar lo que te sucedió en los últimos 10 días y luego colorea del 1 al 10 la frecuencia con que mantuviste los siguientes diálogos internos.
Cuando hablo conmigo mismo(a) |
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Pienso que todos están en mi contra. |
Me recrimino por lo que hice o por lo que no hice. |
Me hundo en mis problemas. |
Siento que soy víctima de las circunstancias y que nadie me entiende. |
No tengo esperanza en el futuro. |
Soy optimista. |
Soy independiente y capaz de elegir. |
Me responsabilizo de mis decisiones. |
Me doy ánimo cuando estoy triste. |
Hago planes y pienso en el futuro con esperanza. |
La gráfica que obtuviste al seleccionar te da una idea del tipo de pensamientos que tienes con mayor frecuencia. Reflexiona si son los que deseas, pues tú puedes cambiarlos y mejorarlos.
La gráfica te da una idea del tipo de pensamientos que sueles tener.
¿Cuáles se presentan más seguido?
¿Por qué?
¿Te sientes a gusto con los pensamientos que tienes?
¿Por qué?
¿Te gustaría cambiarlos? ¿Por qué?
Nadie te conoce mejor que tú; sólo tú puedes identificar los pensamientos que te daņan y la forma en que te lastiman, y también sólo tú puedes modificarlos.
Pensamientos positivos
Cuando la mayoría de los diálogos internos son positivos, tenemos un sentimiento de autoaceptación y esperanza; nuestro comportamiento tiende a ser optimista y estamos de buen humor.
Si sostenemos un diálogo interior derrotista y negativo, es posible que nuestra percepción de la vida sea pesimista y nos sintamos como seres desvalidos y sin capacidad para explorar nuevas soluciones a los problemas que enfrentamos cotidianamente.
Nuestro diálogo interior consiste en:
- Platicar con nosotros mismos.
- Mirar hacia adentro.
- Conocer nuestros estados de ánimo y preferencias.
- Conocer los recursos con lo que contamos para enfrentar un problema o situación.
- Reconocer nuestras propias emociones y sus efectos.
- Identificar nuestras habilidades y límites.
A continuación te presentamos una manera sencilla de modificar los pensamientos que te hacen daño. Observa el ejemplo y elabora tu propio camino para lograr pensamientos positivos.
Paso 1
Cuando te sientas alterado o mal, detente un momento y trata de identificar tu diálogo interno.

¿Qué estoy pensando sobre mí en este momento?
Paso 2
Haz consciente ese pensamiento.

Escribe uno de los pensamientos negativos sobre ti que tienes con mayor frecuencia.
Paso 3
Procura que tus pensamientos te ayuden a resolver el problema.

¿Lo que pienso es verdad? ¿Hay alguna otra explicación?
Paso 4
Sustituye los pensamientos negativos por pensamientos positivos, que te ayuden a resolver el problema.

Escribe pensamientos positivos que te sitúen en el espacio de las soluciones.
Paso 5
Busca opciones para actuar en la solución de lo que te preocupa. Siempre encontrarás más de una salida.

Escribe las opciones que tienes para solucionar el problema.
Escribe algo agradable y optimista; algo que te gustaría escuchar sobre ti, por ejemplo: “Soy una persona valiosa a la que le gusta aprender y logra lo que se propone”.
Soy una persona...
Para saber más, haz clic en el botón.
Los pensamientos positivos son muy útiles; de ahora en adelante cada vez que te descubras pensando cosas negativas de ti o te encuentres en un problema que parece no tener solución, recuerda tus pensamientos positivos y repítelos tantas veces como sea necesario. ¡Ya verás cómo cambian las cosas!
Toma en cuenta lo siguiente:
- No vale la pena seguir pensando en los errores del pasado.
- Una de las mejores formas de ganarnos el amor es darlo con sinceridad.
- Todas y todos cometemos errores o nos sentimos confundidos alguna vez, sin embargo, seguimos siendo personas valiosas.
- Es necesario enfrentar los acontecimientos desagradables con calma, optimismo y confianza; tomándolos como aprendizajes nuevos que nos ayudan a crecer.
- Debes identificar los pensamientos que nos hacen daño y modificarlos a nuestro favor.
- Haz frente a las dificultades. Siempre hay una manera de resolver los problemas.
- No te dejes llevar por las reacciones de enojo o violencia de las demás personas.
- Evita enojarte, pues la ira y la desesperación no tienen el poder de cambiar el comportamiento de los otros; al contrario, agravan la situación.
- Hay que estar conscientes de nuestras limitaciones para no centrar nuestra vida en objetivos o metas demasiado alejados de la realidad.
Ante alguna dificultad, piensa en varias soluciones para elegir la más práctica y posible.
En realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros.

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