Unidad 1 Tema 1 Actividad 2

Actividad 2. Las emociones

Las emociones provocan reacciones en nuestro cuerpo. Por ejemplo, cuando algo nos sorprende, levantamos las cejas y abrimos más los ojos.

Observa las ilustraciones y describe las emociones que expresan las personas.

 
Quienes viajan en
el autobús.



  La muchacha que recibió una carta de su novio.



 

El hombre que llega a su hogar.

 
La mujer que trabaja en una oficina.

Como puedes darte cuenta, las personas expresan sus emociones en los distintos espacios en los que se desenvuelven.

Con el cuerpo manifestamos nuestras emociones; éstas pueden ser de sorpresa, alegría, dolor o susto, entre muchas otras. Nuestro cuerpo las comunica porque las emociones están relacionadas con la manera en que hemos aprendido a mostrarlas o a ocultarlas.

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Escribe qué emociones experimentas en cada una de las siguientes situaciones:

1. Al asistir a una entrevista para conseguir un nuevo empleo, yo sentiría...

2. Si estoy cerca de una persona que me atrae físicamente, yo sentiría...

3. Cuando dos personas que aprecio se pelean, yo sentiría...


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Escribe los cambios físicos que experimentas cuando sientes las siguientes emociones. Observa el ejemplo:

1. Ira, enojo o rabia: La cara se me pone roja; grito y no escucho a las personas. Tú, ¿cómo reaccionas?

2. Miedo o temor: El corazón me palpita y no puedo pensar.
Tú, ¿cómo reaccionas?

3. Felicidad o alegría: Todo me parece maravilloso y sonrío.
Tú, ¿cómo reaccionas?


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Casi siempre la forma en que manifestamos nuestras emociones tiene que ver con la manera en que, desde la niñez, aprendimos de las personas adultas a manifestar el afecto, el temor, la alegría o la tristeza; si fuimos tratados con cariño, respeto y comprensión, será más fácil que lo expresemos a las demás personas; de lo contrario, será más difícil para nosotros mostrar esas emociones a la gente que nos rodea.

Así, desde la niñez aprendemos lo que se vale y lo que no se vale en la casa; por ejemplo, evitar pedir con gritos lo que se quiere o golpear o lastimar a otra persona, por muy enojado o enojada que se esté. La rebeldía de algunos niños y niñas es una manera de medir hasta dónde pueden llegar y cómo conseguir lo que desean. Si desde la niñez aprendemos que tenemos un lugar en la familia, y a convivir con los demás con respeto y amor, lograremos en la vida adulta explicar y manejar el enojo, la tristeza o el miedo.