Otros factores que influyen en la desnutrición son la producción y el costo de los alimentos, los cuales se rigen por la oferta y la demanda. Uno de los principales productos alimenticios que consumimos en nuestro país es el maíz.

A pesar de que nuestro país es el mayor consumidor de maíz en el mundo, no se produce lo suficiente para cubrir el consumo de sus habitantes, por lo que es necesario comprárselo a otros países. Además, la producción mexicana ha disminuido, propiciando que se triplique la importación de ese producto. En 1995 se importaron tres millones 166 mil toneladas de maíz; en 1996, fueron cinco millones y en 1997, 2.5 millones.

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Busca una persona que cultive maíz o cualquier otro producto y pregúntale cuáles son los principales problemas que afronta para realizar esta actividad. Toma nota de sus respuestas.

¿Cuál de los siguientes problemas te comentó?

Carece de créditos o dinero para sembrar.
No le conviene sembrar, pues invierte más dinero en semillas y abono que en lo que saca por su cosecha.
Su tierra es de temporal y no da lo suficiente.
No tiene suficiente tierra y sólo le alcanza para su consumo personal o familiar.
Ningún problema.
No tiene transporte para llevar sus productos a vender.
Ya nadie le ayuda a sembrar, pues todos sus hijos y trabajadores del campo emigraron.


El reparto desordenado de las tierras para la siembra, las viejas técnicas de cultivo, iguales a las que se usaban hace mil años, el cultivo en tierras de temporal dependiente de las lluvias que han disminuido en los últimos años, el aumento de los precios de los fertilizantes mexicanos, que antes eran de los más baratos del mundo, el aumento del precio de la electricidad que se usa para la irrigación, y la falta de apoyo a los agricultores ocasiona que los productores mexicanos de maíz no sean competitivos en las cantidades producidas ni en los precios.

En ocasiones el precio del mercado no cubre, ni siquiera, los costos de cultivo. Por ello y porque los productores no reciben suficiente apoyo, muchos campesinos abandonan la producción de maíz. Por todo lo anterior, deben hacerse nuevas propuestas en cuanto a la política agropecuaria de nuestro país.



Desde tiempos muy antiguos, el maíz ha sido fundamental en nuestro territorio, ha alimentado a pueblos enteros y también ha formado parte del pensamiento religioso de nuestros antepasados. Por ello, es urgente atender esa problemática.
Es muy importante que nuestro país produzca el maíz que consume, pues tiene las tierras, el clima que se precisa para ello y los hombres y mujeres dispuestos a producirlo.