De la misma manera que el individuo no está aislado en una sociedad, tampoco un país lo está de otros, pues forma parte de un continente y éste del mundo. Igual que una persona tiene influencia de su familia y su comunidad, así lo que sucede en otros países afecta al nuestro. Por ejemplo, si un gran productor de café como Brasil perdiera sus cosechas debido a una sequía u otro factor climático, habría menos café en el mundo y el precio de este producto se elevaría. Como México también es vendedor de café, esa situación le beneficiaría, porque tendría más mercado para ese producto y lo vendería a un mejor precio, pero eso perjudicaría a los países que no producen café, pues lo tendrían que comprar a un precio mayor.

En años recientes, las situaciones que se han vivido en nuestro país también han influido en el mundo. La crisis económica que sufrimos la mayoría de los mexicanos también provocó daños en las economías de otros países. A esos daños se les conoció internacionalmente como Efecto Tequila.

A propósito del tequila, en los años noventa creció mucho su venta; en los primeros años se producían 50 millones de litros y para 1999 se produjeron 190 millones 601 mil. De ellos, México vendió 97.33 millones de litros a otros países, de los cuales Estados Unidos compró el 80 por ciento.

En la actualidad hay en nuestro país alrededor de 60 empresas tequileras y 580 marcas registradas de tequila.

Su ciclo de producción es de ocho a diez años, mucho más largo que el de cualquier otro destilado en el mundo, pues el agave -la planta de la que se obtiene esta bebida- tarda de seis a diez años en madurar; por eso tenemos que prever la demanda y sembrar más agaves para seguir produciendo tequila y aumentar la producción.