1984

A sangre fría: el asesinato de Buendía

Alrededor de las 19 horas, tal vez minutos antes, del miércoles 30 de mayo de 1984, la radio comenzó a difundir la noticia del asesinato, a las 18:30, del periodista Manuel Buendía, baleado en el estacionamiento del edificio de Insurgentes 58, en donde una placa de latón (sus datos sí aparecían en el directorio del vestíbulo) que nunca llegó a ser fijada sobre la puerta de su despacho, anunciaba que estaban las oficinas de la MIA, Mexican Intelligence Agency, una contrapartida humorística de la CIA, sujeto permanente de las investigaciones, análisis y denuncias del columnista.

Esa noche la televisión se volcó sobre el caso, que tomó por derecho propio los espacios de sus primeras planas y las de opinión, sobre el asesinato del relevante reportero que fue director del diario La Prensa y columnista en El Día, El Sol de México, El Universal, Proceso, Excélsior, así como comentarista en Canal 11 de televisión.

El jueves 31 de mayo, cientos de periodistas, estudiantes, funcionarios públicos y representantes de organizaciones sindicales y campesinas asistieron al homenaje que se le rindió en la Plaza Francisco Zarco, donde León García Soler leyó palabras de TS Elliot y exigió justicia para los de su gremio. Horas antes, y acompañado de miembros de su gabinete, el presidente Miguel de la Madrid llegó a la agencia funeraria para expresar su pésame a familiares y miembros del quehacer periodístico.

Manuel Buendía hizo escuela en el periodismo nacional al denunciar, por medio de su columna Red Privada, a los enemigos de México, a la CIA y, últimamente, a la derecha, declaró el escritor Fernando Benítez, quien agregó: la prensa nacional ha perdido a su más grande columnista. Por su parte, Iván Restrepo comentó que para nadie era un secreto que cada denuncia periodística que publicaba contra los grupos más "antipatriotas" eran un riesgo para su vida.

En su editorial del 1° de junio de 1984, unomásuno apuntó: "Manuel Buendía estaba lejos de ser alguien que ambicionase el martirio o los altares laicos; era un ser humano auténtico, un periodista y un ciudadano con convicciones sólidas, un trabajador dedicado a las pequeñeces y los logros de este oficio. Por eso, buscar con tesón y equilibrio la verdad sobre su muerte, no sólo es una demanda de nuestra sociedad civil, sino el mejor homenaje que puede ofrecerse en su memoria".

En el curso de las investigaciones, que se prolongaron hasta el 16 de enero 1993, se determinó la culpabilidad de José Antonio Zorrilla y otros dos ex policías, sentenciados a 35 años de prisión sin que en la abrumadora confusión que caracterizó al caso, concurran elementos clarificadores del contexto en que el crimen se sitúa.

Sepelio de Manuel Buendía, 31 de mayo de 1984.


22 de enero. Se dicta orden de aprehensión contra Arturo Durazo Moreno, ex director de Policía y Tránsito del DF, acusado de contrabando, defraudación fiscal, acopio de armas y abuso de autoridad. El 29 de junio es detenido en San Juan Puerto Rico.

1° de mayo. Bombazo en Palacio Nacional.


8 de agosto. Valente Arellano se mata en una motocicleta. Valente Arellano colmó durante muchas novilladas, las esperanzas de tener un nuevo ídolo con torería, con duende, con arrastre. La falta de un buen apoderado y un buen maestro, la última crisis familiar y el sentimiento de inmortalidad que llevan aparajeados los 20 años, lo mataron en un absurdo accidente de motocicleta, dando paso a esa agridulce añoranza de lo que pudo haber sido y no fue.

20 de agosto. Los trabajadores de Teléfonos de México inician una serie de paros escalonados para exigir un aumento salarial, razón por la cual el gobierno requisa la empresa el 7 de septiembre. El conflicto se resuelve mediante la firma de un convenio el 24 de octubre.

19 de noviembre. En San Juan Ixhuatepec, estado de México, explotan los tanques de Pemex que almacenaban el gas proveniente de las refinerías de Poza Rica, Minatitlan y Coatzacoalcos, ubicados en las colonias populares de San Juanico y San Juan Ixhuatepec. Se calculan más de dos mil muertos y diez mil damnificados. El 22 de diciembre, la PGR dictamina que el accidente es responsabilidad de Pemex.