Ficha 2 Las ciudades crecen

Durante los años cincuenta y sesenta, las ciudades o zonas urbanas tuvieron cambios notables. Revisemos algunos de los aspectos que influyeron en su transformación.

El periodo comprendido entre los años cuarenta y 1958 conforma la primera etapa del periodo conocido como el milagro mexicano, que se extendió, aproximadamente, hasta finales de los años sesenta. En esta primera etapa, se consolidaron cambios que buscaban el desarrollo industrial del país, también se alentó la inversión pública y privada para apoyar, fundamentalmente, a las industrias básicas.

El gobierno tuvo un fuerte control de la electricidad y del petróleo, se apoyó en la extracción de fierro y acero, cuya demanda se incrementó considerablemente debido a los conflictos bélicos que sucedían en Europa. México intensificó su comercio con Estados Unidos. Todo esto influyó en el incremento de la actividad industrial y en el cambio de las ciudades.

El país empieza su transformación con una visión "desarrollista", que provoca aumento en la desigualdad social. Empieza la migración de personas hacia las ciudades, principalmente a la ciudad de México. En las nacientes zonas urbanas, la población rural cambia su forma de vida y una parte de ella tuvo acceso a la educación, obtuvo una vivienda y, en general, mejoró su forma de vida.

Otra parte de la población rural que se trasladó a las ciudades no tuvo oportunidad de acceder a los beneficios de la vida urbana y, con el paso del tiempo, conformó un grupo numeroso de población marginada, sin un trabajo fijo y que se asentó en la periferia de las ciudades, en sitios carentes o con mínimos servicios públicos.


A finales de los años cincuenta, México tuvo una crisis porque bajó la demanda externa de los productos agrícolas nacionales, como el maíz, frijol, entre otros. La crisis fue provocada por los avances técnicos utilizados en la producción agrícola en otras naciones, la recuperación que tuvo la economía en los países europeos, la producción de materiales sintéticos y la disminución en los precios de los productos de exportación por las prácticas comerciales de Estados Unidos que vendía sus productos por abajo del precio de sus competidores comerciales, entre otras razones.

La disminución en las ventas provocó una reducción en el ingreso nacional. Ante esta situación, el gobierno aplicó una política económica denominada desarrollo estabilizador, ésta se propuso: mantener bajo el precio de alimentos para las ciudades y de materias primas para la industria, se evitaron nuevas devaluaciones de la moneda -el peso se había devaluado en 1954-, se mantuvieron estables y bajos los intereses y los impuestos, los salarios también se mantuvieron bajos. Pero quizá la característica más importante fue que el endeudamiento externo creció y la inversión extranjera aumentó. A mediados de los años sesenta, la inversión extranjera en la industria manufacturera era de 63%. El sector financiero empezó un rápido crecimiento y el sector agrario sufrió una fuerte crisis.