Recomendaciones para contar, inventar y leer cuentos.
 
Contar cuentos
 
Para contar cuentos y lograr que las niñas y los niños vivan su magia, es importante:
 
1. Elegir un cuento. Lo primero que hay que hacer es escojer el cuento que usted va a contar, para elegirlo hay que tomar en cuenta la edad de los niños o las niñas a los que se les va a contar.
   
  Para los más pequeñitos, es mejor que los relatos sean muy cortos y lo que sucede, es decir, la acción se repita varias veces, por que les encanta poder "adivinar" lo que va a suceder.
   
  Cuando tienen de 3 a 5 años, pueden mantener más tiempo la atención en lo que escuchan; por eso, les gustan los cuentos un poco más largos y en los que suceden cosas maravillosas e imposibles. También les agradan los cuentos en los que suceden cosas parecidas a las que viven ellos en su vida.
   
2. Memorizar. Después de haber elegido el cuento que les va a contar es necesario que usted se lo aprenda; para esto le recomendamos que lea el cuento las veces que sea necesario.
   
  Esto le puede ayudar a hacer algunos cambios de voz al contarlo y dar entonación a lo que dicen los personajes. Cuéntelo despacio para que los niños tengan tiempo de ir imaginando lo que escuchan.
   
  Además, saber el cuento le dará mucha seguridad al contarlo y mientras lo cuenta, puede mirar a los niños de frente y ver sus caras, ésta es la mejor manera de saber si les está interesando, si les gusta y si lo están siguiendo. Antes de iniciar el relato, pida a los niños y las niñas que formen un círculo y de ser posible se sienten en el suelo. Asegúrese de que todos los niños y las niñas la escuchen y vean su cara.
   
Inventar cuentos
   
Para inventar cuentos se necesita imaginación y para empezar a desarrollarla le recomendamos realizar el siguiente ejercicio:
   
Escoja el o los personajes principales del cuento, por ejemplo el cuento de:
   
  Un perro y una niña
   
Piensa en los detalles que tienen esos dos personajes, es decir, cómo son. Siguiendo con el ejemplo, el cuento puede ser así:
   
  "El perro es café con orejas largas, es chiquito y está gordito, tiene los ojos grandes. La niña es pequeña tiene dos trenzas y unos monitos verdes, su vestido tiene muchas flores, usa huaraches negros igual que sus ojos y cuando se ríe se le ven los dientes pequeños y muy blancos".
   
Piense también en dónde están.
   
  El perro vive en el patio de la casa de abuelita. Muchas veces sale a pasear a la calle y se duerme encima de una toalla viejita. La niña vive en su casa con dos hermanos más grandes, su papá y su mamá y duerme con su hermana.
   
Ahora imagine qué están haciendo.
   
  El perro está parado en la calle viendo a los que pasan. La niña sale de la casa, va por las tortillas y ve al perro.
   
Imagine ahora cómo va a terminar el cuento.
   
  El perro le dice a la niña que siempre que vaya por las tortillas le avise, que él vive en la casa rosa y la niña le dice dónde vive y le promete que le avisará para que la acompañe. Además le dice que un día lo invitará a su casa a jugar también con sus hermanos.
 
Este ejemplo da una idea de cómo se puede inventar un cuento.
 
Es útil empezar los cuentos con una misma frase. "Había una vez..." "Hace muchos años..." y finalizar también con una frase: "Y colorín colorado este cuento a terminado".
 
Las frases con las que empiezan y terminan los cuentos se pueden inventar, las que se dicen aquí son un ejemplo.
 
 
Leer cuentos.
 
Además de contar e inventar, se pueden leer cuentos.
 
Para leer cuentos es necesario:
 
Que usted lea el cuento y después lo vuelva a leer en voz alta.
   
Trate de cambiar cuando lea lo que dicen los distintos personajes del cuento.
   
Sentar a los niños en círculo, asegurándose de que puedan escuchar.
   
Enseñar a los niños la portada del cuento y preguntarles de que creen que se trata el cuento.
   
Conforme vaya leyendo, muestre los dibujos a las niñas y los niños.
   
Una vez que termine de leer el cuento, pregúnteles a las niñas y los niños mayores, cuál fue la parte del cuento que más les gustó.
   
Para terminar, la invitamos a leer la Declaración Universal de los Derechos del Niño a Escuchar Cuentos.
 
 
Declaración Universal de los Derechos del Niño a Escuchar Cuentos
 
1. Todo niño, sin distinción de raza, idioma o religión, tiene derecho a escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos, especialmente aquellos que estimulen su imaginación y su capacidad crítica.
   
2. Todo niño tiene derecho a exigir que sus padres les cuenten cuentos a cualquier hora del día. Aquellos padres que sean sorprendidos negándose a contar un cuento a un niño no solo incurren en un grave delito de omisión culposa, sino que están autocondenando a que su hijo jamás les vuelva a pedir otro cuento.
   
3. Todo niño que por una u otra razón no tenga a nadie que le cuente cuentos, tienen absoluto derecho a pedirle al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.
   
4. Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en la rodilla de sus abuelos. Aquellos niños que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños que por diversas razones no tengan abuelos que les cuenten. Del mismo modo, aquellos abuelos que carezcan de nietos están en la libertad de acudir a escuelas, parques y otros lugares de concentración infantil en donde con entera libertad podrán contar cuantos cuentos quieran.
   
5. Todo niño está en el derecho de saber quiénes fueron José Martí, Hans Christian Andersen y Aquíles Nazoa. Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de los niños todos los libros, cuentos y poesías de estos tres autores.
   
6. Todo niño goza del derecho a conocer las fábulas, mitos y leyendas de la tradición oral de su país, así como de toda aquella literatura creada por los pueblos latinoamericanos y del resto del mundo.
   
7. El niño también tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como modificar los ya existentes, creando su propia versión. En aquellos casos de niños muy influenciados por la televisión sus padres están en la obligación de descontaminarlos conduciéndolos por los caminos de la imaginación de la mano de un buen libro de cuentos infantiles.
   
8. El niño tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginativos relato, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos; lo único obligatorio es que estos sean hermosos e interesantes.
   
9. El niño tiene derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.
   
10. Todo niño, por último tiene derecho a crecer acompañado de las aventuras de Tío Tigre y Tío Conejo, de aquel caballo que era bien bonito, de la barba del viejo Lucho, del colorín colorado de los cuentos y del inmortal Había una vez..., palabras mágicas que abren las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez.
 
 
Decrétese y publíquese
 
En Caracas, el primer día del mes de julio de 1984.
Firma: redoblante, secretario de Actas del País de los Cuentos.

Esta Declaración Universal fue uno de los productos artísticos resultantes del Taller de Narración Oral que condujo al maestro Francisco Garzón, con el Teatro Universitario El Chichón, de la Universidad Central de Venezuela. Redoblante es un célebre personaje juglaresco, cuyo creador es también Francisco Garzón.