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El propósito de este tema es que reconozcamos los elementos que necesitamos considerar cuando tomamos decisiones, y en particular, la decisión de tener o no un hijo o una hija, con el fin de decidir de manera informada y reflexiva lo que es más conveniente para nuestro bienestar y desarrollo. A lo largo de nuestra vida las personas aprendemos a tomar decisiones, es en la adolescencia donde nuestras decisiones pueden impactar de manera favorable o desfavorable el desarrollo de nuestra persona y nuestra forma de vida futura. La decisión de tener o no tener un hijo o una hija implica reconocer si en nuestros planes de vida existe la posibilidad real de convertirnos en padres o madres. Reconocer nuestras necesidades e intereses, los recursos con los que contamos, si tenemos pareja y sobre todo valorar todo lo que significa para nosotros asumir la responsabilidad de la crianza y educación de un hijo o hija.
En ocasiones tomemos decisiones por impulso, sin pensar en las consecuencias. Otras veces dejamos que las cosas simplemente sucedan o que otras personas decida por nosotros, sin responsabilizarnos de lo que pase, pero date cuenta que esto también es por decisión propia. Tomar decisiones no sólo tiene que ver con lo que sintamos en un momento de arrebato. Si lo pensamos más tiempo, puede que no sea la mejor decisión para nosotros. Las mejores decisiones se toman cuando se tiene una idea clara de lo que se desea y reflexionamos sobre las opciones que tenemos y las circunstancias que nos rodean.
Tomar decisiones responsables y propias es un proceso que implica: pensar detenidamente en las diferentes opciones que podemos seguir; buscar información veraz y oportuna en relación con la decisión que tomaremos; reflexionar si esa decisión va de acuerdo con nuestros valores personales, y considerar las consecuencias de tomarla. Además, representa desarrollar y aplicar algunas habilidades como la comunicación, la negociación e identificar nuestras necesidades, intereses, capacidades, cualidades, es decir, conocernos a nosotros mismos. Cuando llevamos a cabo este proceso, podemos decir que tomamos decisiones responsables y propias.
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