Unidad 5
Cuando los niños y las niñas van a la escuela

Bloque 1
La educación está presente durante toda la vida

 

El propósito de este bloque es reconocer la importancia que tiene la educación en la familia y en la escuela para la formación integral de los niños, las niñas y los adolescentes.

 
La escuela informa y forma a los hijos e hijas en las habilidades, conocimientos y destrezas necesarias para su desarrollo individual y social.

 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La educación que brinda la escuela nos permite continuar y complementar la educación que recibimos en la familia, por ejemplo, en nuestra casa aprendemos a respetar a nuestros padres y madres y a conservar y preservar los recursos naturales, y en la escuela continuamos aprendiendo lo que es el respeto, pero ahora con nuestros compañeros y compañeras, maestras y maestros.

Conocer cómo era la educación de los pueblos del México antiguo y cómo es en la época actual nos permite comparar las similitudes y diferencias que existen entre ambas.

Actualmente la educación preescolar, primaria y secundaria es para todos y todas, es gratuita y obligatoria.

Lee el siguiente texto en el que se describen algunas características de la educación en la cultura azteca.

La escuela en tiempos de los aztecas

Todos los niños aztecas, ricos y pobres, iban a la escuela cuando tenían 15 años, que era la edad para estudiar. Para los niños existían dos tipos de escuelas: el Calmecac y el Telpochcalli. Las niñas no iban a estas escuelas.

En el Calmecac se preparaba a los futuros sacerdotes y gobernantes. Los alumnos estudiaban lectura, escritura, historia, matemáticas y el movimiento de los astros. Eran preparados con una rígida y dura disciplina.

El Telpochcalli era la escuela donde los guerreros viejos preparaban a los jóvenes para la guerra. Los alumnos reparaban canales, cultivaban en común las tierras y hacían trabajos en beneficio del pueblo; además, aprendían la religión y otros oficios y eran sometidos a pruebas y castigos para resistir al dolor.

Los padres aconsejaban a los varones de esta manera:
—Todos los días tendrás que hacer penitencia, bañarte con agua fría, ayunar y aprender a obedecer, para que seas capaz de enfrentarte a la disciplina de la vida azteca y de ser útil a tu comunidad—.

Las niñas estaban junto a los templos, hasta que se casaban. Allí aprendían las labores del hogar y las costumbres religiosas, bajo la dirección de las sacerdotisas.

Por las tardes los muchachos se reunían con las muchachas en la escuela de danza. Aprendían baile y canto.