Revisar la información con que contamos
padres y madres de familia sobre la sexualidad.
Reconocer que la sexualidad abarca toda nuestra vida, no sólo
nuestro cuerpo, sino también nuestros sentimientos, actitudes,
pensamientos y comportamientos.
Reflexionar sobre las diferencias que existen entre hombres y mujeres
para fomentar una educación igualitaria con base en el respeto
a los derechos humanos.
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