
La sexualidad, como ya vimos, no es sólo un impulso biológico
sino también una fuerza que influye en muchos aspectos de nuestro
desarrollo personal. Su ejercicio tiene que ver con la atracción
física, los lazos afectivos hacia la pareja, la capacidad de dar
y recibir amor, la capacidad de experimentar placer y la reproducción
de la especie.

Las personas tenemos múltiples posibilidades de expresar nuestras
conductas sexuales. Entre ellas están la abstinencia, la masturbación
y las relaciones sexuales.
- La abstinencia consiste en la decisión libre y voluntaria de
no tener relaciones sexuales. Ésta es una decisión válida,
pero insistimos, nadie debe presionarte para que la tomes. Cada uno
de nosotros tiene la habilidad de reconocer cuál es el momento
de iniciar cualquier tipo de actividad sexual.
La masturbación consiste en tocar y acariciar los órganos
sexuales, con la finalidad de obtener placer. Es necesario señalar
que esta práctica no produce ningún tipo de enfermedad ni
daño físico. Tal vez los valores familiares o religiosos
nos han señalado que ésta es una conducta negativa y su
práctica nos produce sentimiento de culpa. En este caso, busca
orientación para que tus decisiones vayan de acuerdo con los valores
que tú mismo te estés formando.
- Las relaciones sexuales son parte del ejercicio de la sexualidad,
son un lenguaje de comunicación entre dos personas, que enriquece
la vida e implica una gran responsabilidad. Cuando hablamos de relaciones
sexuales nos referimos a conductas en las que existe penetración
del pene.
Las relaciones sexuales tienen distintas finalidades. Las más
comunes son las de dar y recibir placer, el encuentro amoroso entre dos
personas y la reproducción de la especie.
En la adolescencia empiezan a desarrollarse relaciones humanas diferentes
hacia una persona en especial, que van evolucionando con el tiempo. La
atracción física , el amor, el reconocimiento de las cualidades,
la tolerancia de los defectos y el impulso sexual, pueden llevar a la
pareja a buscar una mayor intimidad y entrega que puede culminar en relaciones
sexuales.
El ejercicio
de la sexualidad tiene que ver con la atracción afectiva que
sientes por tu pareja y sirve para expresarle tu cariño; puede
llegar a ser como el lenguaje de comunicación recíproca
entre los dos. Además, es un ejercicio de responsabilidad por
los sentimientos que se ponen en juego y por las consecuencias cuando
se gesta un nuevo ser humano; por esto, para la mayor parte de las
personas, en la regulación de la actividad sexual intervienen
valores, principios y convicciones de carácter moral e incluso
religioso, que varían según los diversos grupos de la
sociedad. |
El tener relaciones sexuales no hace a las personas ni "más
hombre" ni "más mujer". La masculinidad, la femineidad
y la sexualidad tienen mucho que ver entre sí, pero como hemos
visto, son mucho más que sólo un acto sexual.
Hay jóvenes que optan por tenerlas y otros que deciden
no tenerlas. Lo que se necesita para tener relaciones sexuales
no es sólo madurez física sino también emocional,
además de la disposición para hacernos responsables
de los resultados de nuestra conducta sexual.
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