Masajes para bebés de 0 a 6 meses
Antes de empezar a dar un masaje, debemos estar tranquilas y dispuestas a darlo con cariño. Luego, hagámoslo de la siguiente manera:
 
1 Coloquemos una colchoneta directamente sobre el piso y cubrámosla con la sábana del niño.
   
2 Acostemos al pequeño boca arriba, sobre la colchoneta y pongámonos frente a él.
   
3 Platiquemos mientras lo desvestimos, sin prisas, despacio.
   
4 Apliquemos un poco de aceite para bebés sobre las palmas de nuestras manos y frotémoslas para calentarlas.
Nunca debemos aplicar el aceite directamente sobre el cuerpo del niño.
   
5 Comencemos el masaje, procurando mantener el contacto visual con el pequeño e informándole sobre las partes del cuerpo que vamos tocando.
   
6 Sigamos esta secuencia: primero las partes menos vulnerables del pequeño hacia las más vulnerables.
 
   
Para conocer más sobre cuidados del niño pequeño, podemos consultar el siguiente libro: Estancias infantiles comunitarias. Manual para educadoras, escrito por María de Lourdes Garza Caligaris y María de Lourdes Romero Sánchez.
 
Pies y piernas
   
1 Con las palmas de ambas manos, frotemos suavemente toda la pierna del niño.
   
2 Deslicemos nuestro dedo pulgar por el borde externo del pie, desde el talón y sin llegar a los dedos.
   
3 Con el pulgar y el índice, hagamos un molinillo, frotando cada dedo del pie y terminemos con un ligero jalón.
   
4 Coloquemos la mano en la planta del pie y flexionémoslo suavemente; luego regresémoslo a su posición original, sin forzarlo.
   
5 Con los dos pulgares frotemos el dorso del pie, desde los dedos hasta el tobillo.
   
6 Con los dedos índice y medio, hagamos pequeños círculos alrededor del tobillo.
   
7 Finalmente, realicemos un molinillo con las palmas de las manos, desde las rodillas hasta el tobillo.
   
8 Repitamos el mismo masaje en la otra pierna.
 
Pecho y estómago

1 Con la palma de la mano, demos un masaje del pecho hacia abajo, en el sentido de las manecillas del reloj.
   
2 Con los pulgares de ambas manos, hagamos el masaje del ombligo hacia los lados.
 
Cara
 
1 Con los dedos índice y medio, demos un masaje de la frente hacia los lados.
   
2 Coloquemos nuestros pulgares en el puente nasal, y bajémoslos por las mejillas.
   
3 Con los dedos índice y medio, hagamos pequeños círculos a lo largo de toda la mandíbula.
   
4 Coloquemos nuestros dedos índice y medio encima de los oídos, pasémoslos por detrás de ellos y sigamos por debajo de la barbilla.

 

Brazos y manos
 
1 Comencemos como en las piernas, con un masaje ligero en todo el brazo.
   
2 Con el pulgar y el índice, hagamos un molinillo en cada dedo, dando al final un ligero jalón.
   
3 Con los dos pulgares, frotemos el dorso de la mano, hasta los dedos.
   
4 Con los dedos índice y medio demos un masaje circular en la muñeca.
   
5 Terminemos haciendo un molinillo general en el brazo y antebrazo.
   
6 Repitamos el mismo masaje en el otro brazo.
 
Espalda
 
1 Con las palmas de las manos, demos un masaje de arriba hacia abajo.
   
2 Deslicemos la mano derecha desde la nuca hasta las nalgas.
   
3 Ahora repitamos el mismo movimiento, pero llegando hasta los tobillos.
   
4 Con la yemas de nuestros dedos, hagamos pequeños círculos alrededor de toda la espalda.
   
5 Con los dedos de la mano, separados, peinemos la espalda varias veces desde la nuca hasta las nalgas.
 
Masajes para niños de 6 a 7 meses
 
En posición boca abajo
 
1 Coloquemos la colchoneta sobre el piso y cubrámosla con la sábana del niño.
   
2 Digámosle al pequeño que comenzaremos la sesión de ejercicios y desvistámoslo tranquilamente.
   
3 Elijamos sólo algunos de los ejercicios, de acuerdo con la edad del niño, pero procurando que en cada sesión haya ejercicios en distintas posturas.
   
4 Recordemos que los ejercicios no son una obligación, sino un juego con el cuerpo, que tanto el niño o la niña como nosotras debemos disfrutar.
 
Es muy importante que realicemos la sesión de ejercicios en un momento en que tanto nosotras como el niño estemos dispuestos. Procuremos estar tranquilas, sin prisas, para lograr una mayor cercanía con el pequeño.
 
Apoyo con brazos estirados y pelvis apoyada

Coloquemos al niño boca abajo sobre la colchoneta. Separemos sus piernas.

Pongamos una mano sobre las nalgas del niño y mantengamos su pelvis pegada a la colchoneta. Con la otra mano, levantémoslo para que se apoye sobre las manos. Si es necesario, presionemos ligeramente con nuestro pulgar sobre el codo del niño. Él mismo levantará su cabeza, con lo cual se estirará su columna vertebral. El arco debe notarse desde el cuello hasta el pliegue de las nalgas.

Con este ejercicio, fortalecemos el apoyo sobre los brazos, lo cual es importante para el gateo.
 
Carga realizada por el tronco
 

En la misma posición, cuando los pequeños ya logran mantener los brazos estirados, como en el ejercicio anterior, podemos, con nuestras manos, ejercer una leve presión sobre su espalda, con nuestros pulgares entre los omóplatos. Ahora el niño tendrá que hacer más esfuerzo para mantenerse apoyado sobre sus brazos.
 
Carga realizada por el propio cuerpo

En la misma posición, cuando el niño se apoya muy bien sobre sus brazos, levantémoslo por el abdomen con una de nuestras manos y desplacemos el peso de su cuerpo sobre nuestros brazos. En este ejercicio, el niño se apoya sobre sus brazos, levanta la cabeza y estira la espalda y las piernas. Cuidemos de que sus manos estén bien abiertas y en la misma línea que el antebrazo. Éste es un ejercicio previo a pararse, pero sin cargar el cuerpo en los pies.
 
Sentado sobre el regazo

Apertura de la mano con el codo estirado

Sentemos al niño sobre nuestro regazo, con su espalda bien apoyada contra nuestro cuerpo. Con una mano, sujetemos el tronco del niño y con la otra levantemos su brazo, sujetándolo por el codo, hacia nuestra cara. Con la mano del bebé, acariciemos nuestra mejilla para que su manita se abra totalmente. El pulgar debe separarse e indicar hacia fuera. Con este ejercicio, el niño practica la relajación de la mano, que más tarde necesitará para hacer “la pinza” y después para la escritura.
 
En posición boca arriba

Flexión del cuerpo

Coloquemos al niño boca arriba sobre la colchoneta. Sujetémoslo por los antebrazos y las pantorrillas, de manera que sus codos y rodillas se toquen. Las plantas de los pies se tocan. Sosteniéndolo así, jalémoslo un poco hacia nosotras. El niño separa la cabeza de la colchoneta y acerca más las piernas al pecho. Notaremos que hay tensión en sus brazos y que toca su pecho con la barbilla. Suavemente, regresémoslo a la posición original. Debemos cuidar que su cabecita no caiga hacia atrás, sino que la mantenga erecta con su propia fuerza. Con este ejercicio, se fomenta la posición correcta sobre la espalda, levantamiento de la cabeza y acercamiento de pies y manos.
 
Giro de la posición boca arriba a la posición boca abajo

Sujetemos al niño como en el ejercicio anterior. Démosle la vuelta de la posición boca arriba a la posición de costado y levantémoslo ligeramente hacia nosotras durante unos instantes. El niño levanta la cabeza y el costado inferior se estira. Con este ejercicio, fortalece los músculos laterales del tronco.
 
Flexión del cuerpo sobre el regazo

Juego de mano-pie-boca

El niño se encuentra en nuestro regazo, con la espalda apoyada sobre nuestras piernas. Sujetémoslo de las pantorrillas, separemos sus muslos y flexionemos sus rodillas, de manera que las plantas de los pies se toquen delante de su cuerpo. Acerquémosle sus pies a la boca. El bebé tomará sus pies y los introducirá en la boca. Con este juego, el niño conoce y atiende mejor su cuerpo con los distintos sentidos.
 
Juego de mano-planta al pie-mejilla

En la misma posición, sobre nuestro regazo, levantemos los pies del niño hasta que sus plantas toquen sus mejillas. Este juego debe hacerse solamente, si el niño lo disfruta. Con este juego, el niño conoce y siente mejor su cuerpo.

En la posición sobre nuestro regazo, mantengamos sus piernas como en el juego de mano-pie-boca. Con una mano, levantemos la nuca del niño hasta que la barbilla toque su pecho. El bebé separará la cabeza y la nuca de sus piernas, mientras la barbilla toca el pecho y la espalda está recargada sobre nuestro regazo. Vigilemos que el niño mantenga la cabeza en el centro. Con este ejercicio, el niño fortalece la musculatura abdominal y cervical.
 
Ejercicios para los pies

El niño está sentado sobre nuestro regazo, con la espalda apoyada en nuestras piernas. Flexionemos sus piernas en las caderas, manteniendo sus rodillas muy separadas hasta que las plantas de sus pies se toquen. Con este ejercicio, se fortalecen los puntos de carga: talón, borde externo del pie, almohadillas del pie, lo que es importante para que más adelante se pueda poner de pie.
 
Antes de empezar a dar un masaje o de ejercitar a los pequeños, debemos estar tranquilas y dispuestas a hacerlo con cariño.
 
En la misma posición, las plantas de los pies del niño se tocan, y nosotras apoyamos nuestras muñecas sobre las rodillas de él y con nuestros pulgares separamos las almohadillas de los dedos gordos. Los bordes exteriores y los talones permanecen unidos. Ahora separemos la mitad anterior de los pies, de manera que solamente se toquen los talones. Este ejercicio mejora la movilidad de las articulaciones del pie.
 
Ejercicios para niños de 8 a 10 meses
 
El columpio a gatas
 
Dé un clic en la imagen del hombre.
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El niño está frente a nosotras en cuclillas, sobre sus talones, y se apoya sobre las manos con los brazos estirados. En esta posición, puede girar libremente la cabeza, que se mantiene erguida. Sujetémoslo por las caderas. Ahora subamos y bajemos las nalgas del niño, de forma que su peso recaiga alternativamente hacia delante y hacia atrás, en un movimiento de balanceo. Cuide que las piernas estén siempre juntas y no se muevan hacia un lado. Con este ejercicio, el niño aprende a balancear el peso de su cuerpo, preparándose para el gateo.
 
Sentarse de lado

El niño está en la misma posición que en el ejercicio anterior. Ahora lo sujetamos por la espalda, encima de las caderas. Empujamos las nalgas del niño hacia la derecha y hacia la izquierda, haciendo que se siente sobre una de sus piernas. Con este ejercicio aprende a sentarse, manteniéndose por sí mismo y mejorando su movilidad general.
 
Ejercicios para niños de 11 a 14 meses
 
La carretilla
 
El niño o niña se encuentra boca abajo en el suelo o en la colchoneta. Sostengámoslo por las rodillas, estiradas y giremos sus piernas hacia fuera. Separémosle las piernas y levantémoslas ligeramente.

El niño se apoyará sobre las manos, con los brazos estirados y levantará la cabeza, al tiempo que estira la espalda y las piernas.

En esta postura, se trasladará hacia delante y hacia atrás sobre sus manos. Con este ejercicio, el niño o niña fortalece todos los músculos que necesita para estar de pie, sin cargar el peso sobre los pies.
 
• El juego de la carretilla
 
Sentémonos en el suelo sobre nuestros talones. Pongamos al niño boca abajo, con el vientre sobre nuestros muslos. Él se apoyará con las manos en el suelo, mientras nosotras lo sujetamos por los muslos, manteniendo sus piernas separadas. Ahora giremos sus piernas, estiradas, hasta que los dedos de los pies indiquen hacia afuera. El niño se apoya sobre los brazos estirados y levanta la cabeza, estirando la columna vertebral, las caderas y las piernas; nosotras lo podemos comprobar por la hendidura de la espalda que se forma desde la nuca hasta el pliegue de las nalgas. Con este ejercicio, fortalece los músculos que necesita para estar de pie, pero sin forzar los pies con una carga que aún no está preparado para soportar por mucho tiempo.
 

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