En todo el mundo, mueren muchos niños y niñas a causa de accidentes, y varios más sufren heridas. Estos accidentes no debieran ocurrir.
 
Quienes cuidan niños y niñas pequeños pueden poner en práctica algunas normas de seguridad para prevenir accidentes dentro y fuera del hogar.
 
Accidentes más comunes

En casa
 
Quemaduras: con ollas de comida, lámparas, aparatos electrónicos, alimentos calientes, manteca hirviendo, ácidos o corrosivos fuertes (como ácido de batería) que lesionan la piel.

Obstrucciones: es decir, falta de respiración por tragar ciertos objetos pequeños como monedas, botones, semillas, etcétera.
 
Envenenamiento: por comer o beber sustancias peligrosas como: clarasol, gasolina, detergentes, cosas tóxicas, etcétera.

Sangrado interno: sangrado que ocurre dentro del cuerpo del niño o de la niña, ocasionado por tragarse objetos afilados, como hojas de afeitar, vidrios, alfileres, entre otros.

Descargas eléctricas: por tocar alambres o aparatos eléctricos dañados, o meter los deditos en enchufes.
 

En la calle o en la carretera

Accidentes automovilísticos: atropellamiento o choques. Las heridas pueden ser: cortadas o lesiones con hemorragias graves, huesos rotos, daño en los principales órganos del cuerpo (hígado, pulmones, cerebro, entre otros).
 
En el patio o fuera de casa

Quemaduras, cortaduras, torceduras y huesos rotos.
Envenenamiento por comer ciertas plantas o frutos.
Mordeduras por animales como perros, ratas, serpientes o picaduras de abejas y otros insectos.
Ahogamiento en estanques, represas, lagos o pozos.
 
Prevención en casa

Peligro: quemaduras. Después de una quemadura nada es igual. El dolor, las cicatrices y los daños que provocan son graves. Si los niños se queman las manos, nunca serán capaces de tomar con ellas un lápiz o una herramienta, si se queman los pies, no serán capaces de caminar bien. Por ello, hay que:

Bañarlos con agua tibia. Nunca dejarlos solos, porque también existe el riesgo de que se ahoguen.

Cuidar atentamente a los bebés y niños pequeños. No permitir que se acerquen al fuego ni a planchas calientes.

Colocar la estufa o fogón en un lugar alto o hacer fuego abierto sobre un montículo de tierra, en vez de hacerlo directamente sobre el suelo.

Usar un trapo de tela gruesa para tomar las ollas calientes.

Ser cuidadosa con los mangos de las ollas de cocina; cuidar que estén fuera del alcance de los niños y colocarlas de forma tal que no se caigan.

Peligro: envenenamiento. Los niños pequeños pueden sufrir graves daños e, incluso, morir, si comen o beben alimentos peligrosos. Por eso:

Nunca pongamos productos peligrosos, como blanqueadores o gasolina, por ejemplo, en botellas de refresco o de otras bebidas. Los niños podrían beberlas por equivocación.

Mantengamos todas las bebidas y productos tóxicos fuera del alcance de los niños, guardándolos en una caja con llave, en un baúl o en un estante alto.

Enseñemos a los niños a no beber el contenido de botellas o envases o a ingerir frutas que no les demos nosotras.

Peligro: objetos afilados. Muchas cortaduras pueden evitarse, si:

Mantenemos el piso limpio sin vidrios rotos ni espinas.

Quitamos del alcance de los niños clavos o palos afilados, de manera que no se puedan pinchar con ellos.

Colocamos los cuchillos afilados, otros utensilios y las hojas de afeitar fuera del alcance de los niños.

Nosotras podemos identificar otros accidentes comunes que pueden ocurrir en casa, pero ¿cómo podemos prevenirlos?
 
En el vecindario

Peligro: serpientes. Los niños mayores bien orientados podrían evitar la mordedura de serpientes. Sin embargo, los niños de 0 a 18 meses necesitan de nosotras para estar seguros.

Reconozcamos qué serpientes son peligrosas y dónde habitan. No llevemos a niños y niñas a lugares donde exista el riesgo de que haya serpientes, ni los dejemos solos. Si estuviéramos cerca de una serpiente, debemos permanecer quietas y esperar a que ésta se vaya.

Eliminemos toda la hierba y la maleza que se encuentre en los caminos que utilizamos cotidianamente, con nuestros niños.

Peligros mientras juegan. Los niños son activos y necesitan lugares seguros para jugar. Por ello:

Cubramos los pozos, así nadie podrá caer en ellos.

Recorramos nuestra comunidad y barrio para que identifiquemos los lugares peligrosos, por ejemplo, donde haya maquinaria, animales, serpientes, vidrios o metal afilado, con el fin de evitar pasar por esos lugares.

No pongamos cosas calientes cerca de los niños y las niñas.

No dejemos cerca y al alcance de ellos objetos que puedan lastimarlos.

No los dejemos solos en la cama, sin protección.

No los dejemos solos, ni aunque haya niños mayores, mientras juegan.
 

Con los niños de más edad

No dejemos que suban a árboles viejos.
No les permitamos lanzar piedras u otros objetos afilados.
No los dejemos correr, mientras están comiendo.
No los autoricemos a comer frutos silvestres, ya que puedan ser venenosos.
No los dejemos jugar con fuego.
No permitamos que hagan enojar a los animales, especialmente cuando éstos están cerca de sus crías.

 
En la calle o en la carretera

Cuando empiezan a caminar, muchos niños están en riesgo de sufrir algún accidente en la calle, al salir de la casa y tratar de cruzar sin que se den cuenta las personas adultas.

Los padres debemos saber primeros auxilios. Sin embargo, cuando no tenemos esos conocimientos, podemos recordar y poner en práctica normas simples.
 
 
Consigamos ayuda inmediata

Si el niño o la niña sufre una caída desde un árbol o ha sido gravemente herido en un accidente de tráfico, no lo debemos mover. Cubrámoslo con una manta para mantenerlo abrigado y consigamos ayuda inmediata.

Si alguien sufre alguna mordedura venenosa, no debemos mover el miembro que ha sido mordido, pues si lo hacemos, lo único que conseguiremos es diseminar el veneno a través del cuerpo. Consigamos ayuda inmediata. No tratemos de curar la mordedura por nuestra propia cuenta. Esto debe ser realizado por el personal del centro de salud.
 
Cortaduras y heridas

Con las manos limpias, lavemos la herida con abundante agua limpia, de preferencia hervida, pero no caliente, y jabón. Retiremos todas las basuritas de la herida, porque si las dejamos allí podrían producir infecciones graves.

La mayoría de las heridas pequeñas no necesitan vendajes. Es mejor dejarlas secar al aire, de esa forma cicatrizan más rápidamente. Si utilizamos una venda, asegurémonos de que esté limpia. Mantener la herida limpia sin pomadas, barro u otros emplastados.

Si la herida es realmente profunda, llevemos al pequeño al centro de salud, para que le den el tratamiento adecuado.
 
Quemaduras

Introduzcamos inmediatamente la parte quemada en agua limpia y fría, por lo menos 10 minutos. Si la quemadura es pequeña, probablemente no requiera de otro tratamiento. Si la quemadura es profunda o abarca una gran superficie del cuerpo, cubramos suavemente la lesión con gasa o tela con un poco de vaselina y busquemos la ayuda del médico, tan pronto como sea posible.

No debemos reventar las ampollas que producen las quemaduras.

No removamos ninguna pieza o ropa incrustada en el área quemada.

No pongamos hierbas, aceites, plantas o heces (excremento) en el área quemada.
 
RECORDEMOS: Si las ropas del niño o de la niña están quemándose,
podemos apagar el fuego, haciendo que él o ella se ruede en la tierra o lanzándole una cobija mojada encima. Luego tratemos las quemaduras.
 
En el lugar donde van a estar las niñas y los niños pequeños

Observemos todos los sitios de la casa, fuera de ella y el patio. Busquemos los lugares peligrosos. Hagamos una lista de todo lo que es inseguro o que podría originar una herida.
 
Platiquemos con el resto de los familiares y pidámosles su colaboración para quitar o corregir los riesgos que escribimos en la lista que elaboramos.

Todos en la familia pueden ayudar a:

a) Arreglar los muebles rotos.
b) Limpiar el patio de basura, objetos afilados, vidrios o clavos.
c) Cortar las hierbas altas y la maleza del patio o alrededores de la casa.
d) Explicar a los niños mayores lo que deben hacer para estar seguros.

Observemos a los niños mayores y asegurémonos de que conocen cuáles son las normas básicas de seguridad; mantengámoslos alejados del fuego, evitemos que se introduzcan objetos en la nariz, boca u oídos. Enseñémosles a no tocar las medicinas o venenos.
 
En el barrio

Organicemos una campaña con el lema “Juego seguro”. Elaboremos
carteles. Hablemos a la gente. Inventemos canciones para que las personas vean y escuchen; hagamos todo esto en el mercado o en las cercanías del centro de salud.
Identifiquemos los lugares donde es peligroso jugar y platiquemos sobre cómo hacerlos más seguros. Realicemos acciones en grupo.
Animemos a la autoridad local para que coloque señales de prevención en los lugares peligrosos.
 
En la calle o en la carretera

Dibujemos un mapa sencillo, en el que se puedan ver las principales calles y caminos peatonales por donde transitan las personas que nos traen a sus pequeños.
 
Preguntemos a esas personas:

• ¿Cruzan la carretera? ¿Por dónde?
• ¿Es necesario cruzar la carretera?
• ¿Dónde han ocurrido más accidentes? ¿Por qué?
• ¿Qué lugares necesitan señalamientos y cuidado especial?

Si en nuestra comunidad se nos ofrece la oportunidad de participar en algún curso de primeros auxilios que imparta alguna institución, como la Cruz Roja o el centro de salud, procuremos asistir, pues nos será de gran utilidad y nuestros pequeños estarán más seguros.


 

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