Ya se ha visto que el campo de acción de
la Ecología es considerar que ésta intenta determinar
las causas de la distribución y la abundancia de los organismos
en los diferentes sistemas biológicos, esto es, determinar
qué hace que una especie esté presente en un cierto
ambiente y también por qué tiene el número
de individuos que posee.
A este respecto, los ecólogos reconocen que
son dos tipos de factores los causantes: los abióticos
y los bióticos.
Los abióticos pueden ser definidos como todos
aquellos relacionados con el ambiente físico.
Todos los sistemas biológicos o comunidades
se ven afectados e inclusive se mantienen vivos gracias a la energía
proveniente del Sol. Al mismo tiempo, sabemos que la distribución
de esta radiación solar con respecto a la latitud, determina
en gran medida la localización de las principales zonas
climatológicas que son la polar, templada y tropical y
en las cuales se distribuyen diferencialmente los distintos organismos
que habitan la Tierra.
Así pues, de estos factores destaca el clima
como el factor abiótico más importante ya que a
su vez es el principal determinante de la disponibilidad de agua
y de la temperatura del lugar.
También se sabe que el clima determina otro
componente abiótico muy importante que es el tipo y composición
del suelo, y todos a su vez (agua, temperatura y suelo) son determinantes
de la vegetación.
Por otra parte, se reconoce que la principal causa
de la existencia de todos los sistemas biológicos, es la
disponibilidad de agua que incluye la cantidad de lluvia, la temperatura,
humedad atmósferica, etcétera.
El suelo y las rocas sobre las que se encuentra
(sustrato geológico) son otros factores abióticos
fundamentales en determinar la disponibilidad de agua y de minerales
que son esenciales para el crecimiento de las plantas.
En conclusión: si la disponibilidad de agua
y minerales es abundante habrá abundancia de plantas y
por tanto también muchos animales, siempre y cuando se
sumen a ellos los demás factores que se mencionan.