Movimientos de rotación y traslación y sus efectos
 

La Tierra da una vuelta sobre su eje cada 24 horas, girando de oeste a este. Esto se conoce como movimiento de rotación. Aun cuando no sentimos que la Tierra se mueva porque lo hace de manera suave, nos damos cuenta porque observamos el movimiento aparente de los astros a su alrededor, y sabemos que nuestro planeta gira sobre su eje, porque suceden el día y la noche, los cuerpos al caer se desvían hacia el este, los vientos y las corrientes marinas se desvían hacia la derecha de su punto de partida en el hemisferio norte hacia la izquierda en el hemisferio sur, y porque no todos los lugares del mundo tienen la misma hora.

 
El día y la noche
 

Por convención se dice que son las 12 del día cuando el Sol pasa aproximadamente por el cenit del observador, o sea el punto del espacio que está exactamente por encima de nuestra cabeza.

Debido a que el paso del Sol por el cenit del observador se repite cada 24 horas, el día se define con base en este suceso cotidiano. Sin embargo, en la vida diaria contamos el día a partir de las 0 horas o medianoche y no desde el mediodía.

Además, dividimos cada hora en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos, estas unidades de medición del tiempo fueron inventadas por los babilonios hace más de 2 000 años.

 
Husos horarios
 

La sensación de que transcurre el tiempo se tiene por la sucesión de eventos repetitivos, por ejemplo, el día y la noche, las fases de la Luna o las estaciones del año.

Ahora bien, si un observador sigue la trayectoria del Sol en el transcurso del día, tendrá la impresión de que el astro recorre la bóveda celeste de este a oeste, cuando en realidad es la Tierra la que se mueve de oeste a este. Conforme el Sol recorre aparentemente la bóveda celeste, transcurren las horas del día.

Por acuerdo internacional, se ha dividido la Tierra en 24 franjas llamadas husos horarios.

El meridiano de Greenwich sirve de referencia para medir los tiempos y las posiciones de los diferentes lugares del planeta. México está a 90º al oeste de Greenwich, es decir, que aquí estamos 6 horas más temprano que allá.

 
Movimiento de traslación y sus efectos
 

Al movimiento que realiza la Tierra alrededor del Sol se le conoce como movimiento de traslación, y tarda en dar una vuelta completa 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. A este lapso se le conoce como año trópico y comienza el 21 de marzo. Sin embargo, nosotros utilizamos en nuestra vida cotidiana el año civil, que principia el 1 de enero y tiene 365 días en los años regulares y 366 en los años bisiestos.

Como el año trópico dura 5 horas, 48 minutos y 46 segundos más que el año civil, si sumamos ese tiempo cada cuatro años, obtenemos un día más, que es el que se agrega al mes de febrero en los años bisiestos.

Debido a que la Tierra, además de girar sobre su eje, se traslada en torno al Sol a lo largo del año, el aspecto del cielo nocturno cambia, pues las estrellas que observamos durante el mes de abril son distintas a las que vemos en octubre. Así las constelaciones que observamos también nos indican la época del año en la que nos encontramos.

La órbita de la Tierra no es un círculo perfecto sino una elipse. Cuando estamos más cerca del Sol estamos en perihelio y al estar más lejos nos encontramos en afelio (Fig.1).

 

Fig. 1 Posición de la Tierra en su órbita elíptica en distintas fechas del año.

 
Las estaciones del año
 

Otro efecto de la traslación terrestre es la sucesión de las estaciones del año. Los ejes de rotación de los planetas tienen distintas inclinaciones con respecto al plano de su órbita y siempre apuntan hacia la misma dirección.

Esta inclinación es la responsable de que haya estaciones, entre más inclinados estén los ejes las estaciones serán más notables.

Por ejemplo, en Urano, donde las estaciones son muy extremas, hay épocas en que el Polo Norte está apuntando directamente al Sol, de tal manera que los rayos solares inciden directamente sobre él, mientras que al Polo Sur no le llega luz. Cuando Urano está en la posición opuesta de su órbita, toda la luz llega al Polo Sur y el Polo Norte permanece en total oscuridad.

En cambio, en Júpiter no hay estaciones, debido a que su eje de rotación es casi perpendicular al de traslación, por ello cada lugar de la superficie de este planeta recibe siempre el mismo grado de insolación.