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Asignación de números de oxidación
y electrólisis |
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Reglas para asignar número de oxidación |
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El número de oxidación de cualquier
elemento es cero, sin importar si se trata de un elemento monoatómico,
como el sodio (Na), o diatómico como el oxígeno
(O2). Si el elemento se encuentra libre al inicio
o al final de la reacción de óxidoreducción,
su número de oxidación es cero.
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En compuestos iónicos, el número
de oxidación del metal corresponde al de su carga y,
por tanto, es igual que el grupo de la tabla periódica
al que pertenece. Por ejemplo, en el NaCl (cloruro de sodio)
el sodio tiene un número de oxidación de +1. En
el CaCl2 (cloruro de calcio), el número de
oxidación del calcio es +2.
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Al oxígeno se le asigna un número
de oxidación de –2, excepto en contados casos,
como en el agua oxigenada, donde tiene número de oxidación
de –1.
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Al hidrógeno se le asigna un número
de oxidación de +1, excepto en los hidruros metálicos,
donde es –1.
- El número de oxidación de un elemento es igual
al grupo de la tabla periódica que le corresponde. Por
ejemplo, el sodio está en el grupo 1 y el calcio en el
grupo 2, por lo que sus números de oxidación son
+1 y +2, respectivamente. Si el número de grupo en la
tabla rebasa el número diez, se resta 10 al número
del grupo y ése es el número de oxidación.
Por ejemplo, el galio (Ga) se encuentra en el grupo 13 y el
silicio (Si) en el grupo 14 y sus números de oxidación
son, respectivamente, +3 y +4.
- La suma de todos los números de oxidación de
los elementos en un compuesto debe ser igual a cero. Por ejemplo,
en el Na2O (óxido de sodio), se tienen dos
cargas positivas (al haber dos sodios con número de oxidación
de +1) y dos cargas negativas de un oxígeno, por lo tanto:
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Si se tiene un ión atómico, el
número de oxidación debe ser igual al de su carga.
Por ejemplo, para la especie K+, el número
de oxidación es +1 y para la especie F– es –1.
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Si se tiene un ion poliatómico, la suma
de todos los números de oxidación debe ser igual
a la carga del ion. Por ejemplo, en el ion SO4–2,
la suma de los números de oxidación de un azufre
y cuatro oxígenos debe ser igual a –2, debido a
que el número de oxidación del azufre es +6.
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Para asignar el número de oxidación
de una especie que no está considerada en las reglas
anteriores, debe hacerse lo siguiente: Por ejemplo, se desea
asignar el número de oxidación del nitrógeno
en el HNO3 (ácido nítrico). De acuerdo
con la regla 4, el número de oxidación del hidrógeno
XXX. El número de oxidación del oxígeno,
por la regla 3, es –2.
Como se tienen 3 oxígenos en la fórmula,
el número de cargas positivas es:
3 (–2) = –6
Al haber sólo un hidrógeno con carga
positiva neutraliza una carga negativa de las seis del oxígeno. |
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Por lo tanto, el número de
oxidación del nitrógeno debe ser +5 para que la molécula
sea neutra. Al ejercicio anterior se le conoce como balanceo de
carga. |
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Oxidación y reducción como
cambios del número de oxidación |
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Una vez definidos los números de oxidación,
solo falta determinar si cambian durante una reacción química.
Para hacerlo, se deben conocer los números de oxidación
de los elementos antes y después de la reacción,
y compararlos para saber que pasó con ellos.
Si algunos números de oxidación cambian,
ha ocurrido una reacción de oxidación - reducción.
Cuando todos los números de oxidación permanecen
iguales, la reacción fue de otro tipo. Esto se aclarará
con un ejemplo.
La molécula del agua se forma mediante la
combinación del oxígeno (O2) y el hidrógeno
(H2), ambos en estado gaseoso. La ecuación balanceada
es la siguiente:
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Para saber si una reacción
es de oxidación - reducción, se escriben los números
de oxidación de todos los elementos que intervienen en ella.
El hidrógeno y el oxígeno son elementos, y su número
de oxidación es cero. Cuando forman parte del agua, el hidrógeno
tiene como número de oxidación +1 y el oxígeno,
-2. En la ecuación química se acostumbra colocar los
números de oxidación en la parte superior derecha
de cada elemento. La ecuación anterior queda de la siguiente
manera: |
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Durante la reacción el número de oxidación
del hidrógeno aumentó de cero a +1 y el del oxígeno
disminuyó de cero a -2; ello implica que el hidrógeno
se oxidó y el oxígeno se redujo.
Nunca se presenta una oxidación sin que ocurra
una reducción. El mundo es eléctricamente neutro;
por eso el número de electrones perdidos por el elemento
que se oxida debe ser igual que el de electrones ganados por el
elemento que se reduce. Ésta es la base del balanceo de
las reacciones de oxidación-reducción.
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Electrólisis |
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La electricidad se ha convertido en un elemento
indispensable en la vida moderna, que utilizamos todos los días
y en todo momento. No siempre se aprecia su gran valor, pues a
través de ella se obtienen muchos más productos
y servicios que el simple foco que alumbra.
Una rama de la Química, la electroquímica,
estudia los cambios químicos que se producen por el paso
de corriente eléctrica a través de disoluciones
electrolíticas. En esta disciplina se estudia también
el proceso inverso, a saber, la producción de energía
eléctrica por medio de reacciones químicas.
A lo largo de los años, el estudio de la
electroquímica ha dado lugar a muchos conocimientos acerca
de las reacciones de óxido-reducción y, como consecuencia
de ello, al desarrollo de una próspera industria que produce
gran cantidad de materiales de uso cotidiano.
Se conoce como electrólisis a los procesos
o reacciones redox (reducción-oxidación) que no
se logran de manera espontánea y que sólo se producen
por una fuente externa de energía eléctrica. Estos
procesos tienen lugar en las celdas electrolíticas, las
cuales consisten de un electrólito fundido (o disolución
acuosa de un electrólito), un par de electrodos y una fuente
de corriente eléctrica.
Los electrodos suelen ser superficies metálicas
que están sumergidas en el electrólito, en las que
se producen las reacciones de oxidación y reducción,
y pueden o no intervenir en el proceso. Los que no lo hacen se
denominan electrodos inertes. La fuente de corriente eléctrica
es generalmente una batería o pila que actúa como
una bomba de electrones, sacándolos de uno de los electrodos
y atrayéndolos por el otro.
Como consecuencia del movimiento de electrones,
el electrodo que los recibe adquiere una carga negativa y atrae
a los iones positivos o cationes. Este electrodo recibe el nombre
de cátodo y en él se verifican las reducciones,
pues ahí algunas especies generan electrones. De manera
inversa, el electrodo que pierde electrones obtiene una carga
positiva y capta los iones negativos o aniones. A este electrodo
se le denomina ánodo y en él se producen las oxidaciones
y las especies pierden electrones.
Las reacciones de óxido-reducción
implican siempre cambios en el número de oxidación
de algunos elementos en los reactivos. En los ejemplos más
simples se presenta una pérdida real de electrones en una
especie, con la correspondiente ganancia de otro, pero cuando
la reacción se lleva a cabo en una celda electrolítica,
oxidación y reducción se desarrollan simultáneamente
aunque en sitios diferentes. El intercambio de electrones se realiza
a través de los electrodos. Los aniones en disolución
siempre se oxidan en el ánodo y los cationes se reducen
siempre en el cátodo.
Es importante destacar que en la electrólisis
se llevan a cabo los dos tipos de conducción eléctrica:
iónica y metálica, y que en una celda electrolítica
se convierte energía eléctrica en energía
química, es decir, en energía almacenada en los
enlaces entre los átomos.
Los productos de la electrólisis son distintos
si el electrólito se encuentra puro (fundido) o está
en disolución acuosa. Es el caso de una disolución
concentrada de cloruro de sodio (NaCl). Durante la electrólisis
se llevan a cabo las siguientes reacciones:
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En cambio, cuando la electrólisis
se realiza sobre el electrólito fundido, se obtienen sodio
metálico (Na) y cloro gaseoso (Cl2). Así,
se efectúan las siguientes reacciones: |
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Pilas |
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Se calcula que en el mundo occidental cada persona
consume, en promedio, cinco pilas al año. Cada hombre,
mujer y niño encuentra en este sencillo y práctico
dispositivo una fuente invaluable de energía para hacer
funcionar un sinfín de aparatos eléctricos, que
van desde radios y relojes, hasta juguetes. Veamos ahora por qué
son tan útiles y cómo funcionan.
El mecanismo básico de funcionamiento de
una pila actual es esencialmente el mismo que el de las primeras
pilas: implica el uso de sustancias químicas colocadas
de tal manera que los electrones se liberan desde un extremo de
la pila hacia el otro, a través de un circuito externo.
Todo el proceso se lleva a cabo en una celda electrolítica.
De forma contraria a lo que ocurre en la electrólisis,
la parte de la pila de donde se liberan los electrones al circuito
es, por convención, el ánodo o electrodo negativo,
que generalmente es un metal en donde ocurre la reacción
de oxidación; y el otro extremo de la pila es el cátodo
o electrodo positivo, que consiste de sales u óxidos metálicos
capaces de aceptar electrones y en donde ocurre la reacción
de reducción.
Para que el mecanismo funcione, cátodo y
ánodo deben estar colocados en un medio electrólito
(que puede ser líquido o sólido) y deben también
estar unidos a través de un material conductor.
Cuando inician la reacción, los electrones
salen de la celda y viajan por el conductor que une a los electrodos.
Al llegar al electrólito, la corriente es transportada
por los iones en disolución hasta que se cierra el circuito.
Esta corriente continua de electrones es lo que hace que funcionen
las pilas.
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Fig. 1 Diagrama esquemático de una celda
electrolítica.
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Complete la
siguiente tabla: |
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Responda las siguientes preguntas: |
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¿Qué
estudia la electroquímica? |
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¿Qué
es la electrólisis? |
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¿Qué
es un electrodo? |
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¿Qué
tipos de pilas existen? |
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