Newton no solamente explicó los movimientos 
                de los planetas. Con su teoría pudo hallar otras cosas. 
                Predijo que la Tierra no es una esfera perfecta, debía 
                estar achatada por los polos debido a su movimiento de rotación. 
                Newton calculó qué tan achatada debía estar, 
                considerando que el radio polar (del centro de la Tierra a cualquiera 
                de los polos) es 21 km menor que el radio ecuatorial (del centro 
                de la Tierra al Ecuador). Si dibujaras a la Tierra haciéndola 
                de un metro de diámetro, su medida vertical sería 
                3 mm menor de un metro.
              Las mareas fueron entendidas cuando Newton hizo 
                ver que se deben a la atracción gravitatoria de la Luna 
                y, en menor medida, a la del Sol.
              También se explicaron las trayectorias de 
                los cometas, objetos que vienen de muy lejos, pasan cerca del 
                Sol y se vuelven a ir.
              Newton predijo la posibilidad de poner en órbita 
                alrededor de la Tierra un satélite artificial, que podía 
                ser cualquier objeto al que se le diera la velocidad adecuada 
                a una cierta altura.
              Después de Newton, otros científicos 
                utilizaron la ley de la gravitación y explicaron con mayor 
                precisión el movimiento de los planetas, pues también 
                se atraen entre ellos.
              En 1781, el astrónomo alemán-inglés 
                Herschel, trabajando con un gran telescopio, había descubierto 
                un nuevo planeta más lejano que Saturno. Lo llamó 
                Urano. Varios astrónomos lo siguieron observando y descubrieron 
                que su movimiento no era el esperado. Eso hizo suponer a algunos 
                que más allá de Urano habría otro planeta 
                que lo estaría perturbando, es decir por atracción 
                gravitatoria lo desviaría levemente de su trayectoria.
              La hipótesis resultó cierta pues se 
                confirmaron los cálculos hechos por el francés Leverrier 
                cuando, en 1846, el alemán Galle vió al nuevo planeta 
                en donde se había predicho. La predicción se basó 
                en la Ley de la Gravitación de Newton. El planeta fue llamado 
                Neptuno.
              El último de los planetas conocidos, Plutón, 
                fue descubierto en 1930 por el norteamericano Tombaugh. Aquí 
                no hubo aplicación de la gravitación, el planeta 
                fue descubierto al examinar placas fotográficas.
              La Ley de Gravitación de Newton no sólo 
                fue aplicada al sistema solar, con ella también se explica 
                la estructura de las grandes formaciones de estrellas, las galaxias. 
                Una galaxia puede tener 1011 estrellas y es por la atracción 
                gravitatoria que hay entre ellas por lo que no se dispersan en 
                el espacio. La fuerza de gravitación es la que domina en 
                el cosmos a gran escala y determina el movimiento general de las 
                galaxias.