En los últimos años hemos escuchado con mayor frecuencia voces de advertencia sobre los cambios adversos al medio ambiente y en gran medida esos cambios también los hemos padecido. Analicemos un poco este aspecto.

La capacidad de razonamiento y de trabajo que la humanidad viene desarrollando para transformar la naturaleza y servirse de ella, le ha permitido subsistir, multiplicarse y poblar el orbe. Grandes beneficios han recibido diversas generaciones a lo largo de la historia, por ejemplo cuando se logró el uso, control y producción del fuego, la invención de la agricultura, la utilización y producción de la energía eléctrica y una cantidad enorme de innovaciones que, poco a poco, han influido en las modificaciones del clima, la atmósfera, el suelo, la flora y la fauna.

 
 


Puede decirse que en esa creciente capacidad del ser humano para transformar la naturaleza, está también la capacidad para destruirla y destruirse a sí mismo. Esta no es una afirmación alarmista o ajena a la realidad, lamentablemente en la transición del siglo XX y el fin del milenio, pueden verse con claridad los indicios que acercan a la humanidad a una catástrofe que pone en riesgo su existencia.

Veamos este importante tema de manera más específica, reflexionando sobre sucesos que han ocurrido en la afanosa búsqueda de progreso y que generaron consecuencias adversas para el medio ambiente.

 
Situaciones
  1. Para obtener papel, construir muebles, casas y una gran cantidad de artículos se ha utilizado la madera, producto muchas veces de una tala inmoderada de árboles y sin un plan de reforestación.
  2. Para aumentar el rendimiento de la tierra en producción agrícola, se ha utilizado gran cantidad de agroquímicos y se ha empobrecido la fertilidad de la tierra.
  3. Para aprovechar la piel, la carne, el plumaje, los huesos, se han cazado durante muchos años animales como tigrillos, venados, borrego cimarrón; aves como los tucanes, guacamayas, águilas reales y especie acuáticas como las tortugas de carey y muchas otras. En esta cacería no se considera la población que existe de esas especies y sus variedades, así como tampoco del papel que ocupan en la cadena biológica.
  4. Para ampliar las tierras de cultivo y criar ganado, se ha deforestado enormes extensiones de bosques y selvas, sin importar las alteraciones de los ecosistemas.
  5. Para extraer petróleo del subsuelo, se han tenido que afectar zonas muy importantes en el mar o en la tierra.
  6. Para llevar agua a los habitantes de pueblos y ciudades, se ha extraído el preciado líquido de los mantos acuíferos del subsuelo, incluso de aquel que está sosteniendo a las propias ciudades.
  7. Para abatir costos en el desarrollo industrial, durante mucho tiempo se han utilizado a lagos, ríos y mares como fuentes receptoras de desechos.