13. Justicia indígena: reparación más que castigo*
En culturas indígenas de nuestro país, como la de los tzeltales en Chiapas, se tiene una idea de justicia distinta a la del sistema judicial penal ordinario en nuestro país. Éste está diseñado de una manera rígida para establecer si la persona acusada es culpable o no, y aplicar la sentencia correspondiente de las que se encuentran establecidas en el Código Penal.
Para muchos grupos indígenas, la idea clave de la justicia es llegar a un acuerdo. Por lo general, se escucha la voluntad o el deseo de las personas en conflicto para que la solución sea satisfactoria para ambas partes, y así evitar futuros problemas: en efecto, si una de las personas involucradas no se encuentra satisfecha con el acuerdo, lo más seguro es que haya futuras represalias y venganzas en lugar de una reconciliación. | ![]() |
En cuanto a la idea de castigo o sentencia, tampoco se tiene una perspectiva individualista sino global e integral. Un indígena promotor de derechos humanos (Ulataiwanej) en el municipio de Altamirano en Chiapas, decía del sistema judicial mexicano: “No es una buena justicia. Cuando se mata a alguien, el gobierno se lleva a la persona a la cárcel. No se reconoce el derecho de la familia. Y así todos están sufriendo: la familia del que mataron y la del que mató; las familias de ambos. Hay que tomar medidas para los familiares, buscar acuerdos para que el pueblo no se desbarate”.
Más que aplicar castigos, importa “reparar” el daño hecho. En el ejemplo del homicidio que señalaba el promotor de derechos humanos, la idea de reparación en culturas indígenas, como la tzeltal, consiste en que el homicida se haga responsable del sostenimiento de la familia de su víctima (además de la propia) durante toda su vida. Sin embargo, para casos como éste, actualmente prevalece el sistema de justicia ordinario y no el tradicional indígena.
*SIPAZ. “El regreso de corazón. Justicia y reconciliación en la tradición indígena”. Informe SIPAZ, año 4, núm. 3, agosto de 1999. www.sipaz.org/informes. Adaptación: Ma. de los Ángeles Alba Olvera.