Para aprovechar un ambiente letrado, se debe:
Detectar y jerarquizar las necesidades de uso de la lectura y la escritura de las personas.
Determinar los temas por abordar y la secuencia en que se tratarán.
Localizar los textos que se pueden leer y escribir para que lo tratado dé respuesta a esas necesidades.
Tomar en cuenta las tradiciones orales de la comunidad que permitan construir, junto con los educandos y la comunidad, ambientes que estimulen y den significado a la lengua escrita.
Incorporar actividades en los momentos del método que den valor y sentido a la escritura, la lectura y los números, en la vida cotidiana.
Realizar muestras de producción y lectura, periódicos murales o eventos, en los que el requerimiento de la comunidad llegue al Círculo de estudio y regrese con propuestas y producciones escritas a la propia comunidad.
Propiciar actividades de lectura y escritura fuera del Círculo de estudio para producir textos útiles a su ocupación, como letreros de venta y avisos de lo que saben hacer, entre otras.
Mostrar a la comunidad y “presumir” los textos que se producen.