¿Y si fuera yo? *
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Lee el siguiente caso:
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Tomé el primer trago de
alcohol
a los 13 años en la fiesta de cumpleaños de mi primo. Al principio no me gustaba el sabor del alcohol, pero poco a poco me acostumbré. En las fiestas de la «prepa» los amigos me decían que me ponía alegre y chistosa con unos «cuantos tragos». No sospechaba entonces que esos «cuantos tragos» llegarían a ser tantos que me harían perder el control sobre el alcohol. Mi familia comienza a sospechar, porque he bajado de calificaciones en la escuela y cada vez me resulta más fácil recurrir a donde mis padres guardan los licores cuando estoy deprimida, por mi novio o por cualquier otra cosa. |
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Ahora queremos que te imagines qué pasaría si tú, que empiezas a utilizar la bebida ocasionalmente en fiestas, reuniones, bailes y otras circunstancias donde está más o menos aceptado que tomes «una copa», lo hicieras de manera cada vez más frecuente o si tuvieras la «necesidad» de tomar para sentirte bien. Muchos jóvenes a los que se les plantea esta situación dicen que a ellos no les pasaría eso jamás pues son muy dueños de sí mismos. Pero existe el riesgo de desarrollar el alcoholismo. No utilizar o moderar siempre y en toda ocasión el uso del alcohol es el primer paso para defenderte de esta dependencia. | ||||||||
*Instituto de Educación Preventiva y Atención de Riesgos (INEPAR), «¿Y si fuera yo?» en Chimalli Modelo preventivo de riesgos psicosociales en la adolescencia, Ed. Pax-México, 1997, México. | ||||||||
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