*
 
- ¿Qué te parece un partidito?
- No mano, hoy no tengo ganas.
- Pues, ¿qué te pasa?
- Ando bien enojado. Nada me sale bien: me regañaron mis papás, se me manchó la tarea y el maestro dijo que era pretexto; mi chava también anda molesta. Ya ves que eso lo hace sentir mal a uno.
- Vente, vamos a caminar un rato. Hasta puede que te den ganas de correr para desquitar tu coraje.
Efectivamente, hacer deporte no sólo tiene como objetivo mantener los músculos en buen estado y el cuerpo con aspecto atractivo, sino también es una forma muy positiva de canalizar nuestros conflictos y problemas.
Tal vez el deporte no solucione algunos de éstos pero te ayudará a ver las cosas de otra manera. Una vez que has logrado hacer el enojo a un lado, los problemas se ven diferentes dándote la capacidad de observar con calma la situación para encontrar una respuesta sensata.
Qué te parece si la próxima vez que te sientas enojado, frustrado o decepcionado comienzas a practicar algún deporte o hacer una compostura en casa para desquitar tus sentimientos.

Mensaje protector
El ejercicio moderado nos da fuerza y alegría.

 
 
 
 
    * Instituto de Educación Preventiva y Atención de Riesgos (INEPAR), «Una cáscara para resolver problemas», en Chimalli Modelo preventivo de riesgos psicosociales en la adolescencia. Ed. Pax-México, 1997, México.